En la noche de ayer y probablemente a causa de un infarto, fallecía Manuel Candal Candal (Ordes, 1935) en su casa de Vilamartín de Valdeorras. El que fuera alcalde de la localidad durante 36 meses moría cuando estaba a punto de cumplir su primer año apartado de la vida política, de la que se despedía el pasado 26 de noviembre. Su adiós llegaba tras la ruptura con el resto de su grupo (entre los que se encontraba su propia hija, María Jesús, que le sucedió en el cargo) y tras largas conversaciones con el presidente popular, José Manuel Baltar, quien le forzó a dimitir apelando a la amistad que les unía desde hacía años.
Desde entonces apenas había aparecido en la vida pública de la comarca, aunque todavía se le pudo ver en los actos de las fiestas patronales de Vilamartín y, más recientemente, en la misa del pasado 12 de octubre, junto a los agentes del puesto de la Guardia Civil de A Rúa en la iglesia de Fontei.
La semana pasada, volvía a saltar a la actualidad al ser llamado a declarar por el juez de O Barco. Lo hacía en virtud de la querella que contra él interpuso el fiscal ourensano por un presunto delito de prevaricación urbanística. El motivo de la querella estaba en las licencias de obra que Candal firmó el pasado mes de noviembre (días antes de abandonar la corporación) a los propietarios de 15 viviendas con órdenes de derribo por parte de la Xunta. El fiscal consideraba que con esa firma el veterano político estaba incurriendo en un delito de prevaricación urbanística.
Ante el juez, y según él mismo reconoció a las puertas del juzgado, había defendido su inocencia, asegurando que estaba «tranquilo porque solo hice bien en 36 años como alcalde». Lo hizo acompañado de media docena de vecinos, que acudieron a la puerta del juzgado para prestarle su apoyo, «porque vostede é o único que mira por nós», le comentaron en aquel momento.
Desde mediodía su cuerpo está siendo velado en el salón de plenos, en el nuevo consistorio, el que él se encargó de construir y que le recibió en su último adiós con las banderas a media asta. Hoy a las 16.30 horas, en la iglesia de la localidad, tendrá lugar el funeral, previo al entierro. Estarán con él su viuda, Julia Jarrín; sus dos hijos, María Jesús e Ignacio; sus cuatro nietos, Marián, Luciano Manuel, Marta y Paula; y su bisnieto Manuel.