Antonio Gamoneda destacó la originalidad poética de Valente

Jesús Manuel García

OURENSE

26 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Con la presencia del Premio Cervantes 2006, es decir, del poeta Antonio Gamoneda, llegó a su fin el congreso dedicado a José Ángel Valente. Gamoneda estaba emocionado por encontrarse en un acto dedicado a su amigo y en su propia ciudad. Conoció a José Ángel en París, «unos ocho años aproximadamente antes de su muerte». Explicó que aunque considere a Valente «un gran poeta», se dieron unas circunstancias en las que el entorno mayoritario de los poetas españoles «tenía y tiene una tendencia y convicciones en relación con el pensamiento poético que diferían mucho de las de José Ángel y también de las mías». Gamoneda señala que Valente no disimulaba la verdad y sabía que la llamada generación del 50 «era como un invento de márqueting hecho por el grupo de Barcelona». Ello proporcionó al poeta ourensano, dice Gamoneda, «un rechazo y un aislamiento por parte de la gran mayoría de los escritores españoles».

Aquel rechazo y aislamiento, señala Antonio Gamoneda, fue heredado también por este. «Amigos de José Ángel en los últimos años de su vida y en España, tenía dos, Andrés Sánchez Robaina, en el cual él descansaba, es decir, se sentía ayudado por él en muchísimas cosas de tipo gestión. Cabe considerar que Robaina ha sido una especie de albacea de José Ángel. Con independencia de Andrés, quizás el único poeta amigo que tenía Valente era yo», indica este poeta nacido en Oviedo y residente en León.

Víctima

Gamoneda explicó que José Ángel fue víctima de la agresión verbal que continuó incluso tras su muerte. «Es una falta de... la palabra elegancia es trivial. Una falta de capacidad de comprensión y de respeto humano intolerable», señala.

Este escritor hizo saber al auditorio del Principal que Valente se descolgó de aquel grupo de poetas que pretendía hacer generación, la del 50, porque iba más allá. «José Ángel participó en ese grupo con buena voluntad pero pronto se dio cuenta de que el realismo crítico o no crítico propuesto como pensamiento para toda la generación del 50 era una falsedad», señala Gamoneda, porque el poeta ourensano vio que aquel pensamiento carecía de naturaleza poética y porque aquella nueva generación «era incluyente y excluyente y no lograría consolidar una generación».

El ourensano, señaló su amigo, no podía circunscribirse solo al realismo, iba más allá. «Valente vio que la poesía no era información, era creación, revelación e interrogación. Valente está echando abajo el falso punto de partida que le habían adjudicado», explicó su amigo quien no se cansa de insistir en que José Ángel Valente «fue un poeta maltratado en España por un grupo amplio de poetas».

Dedicatoria

Gamoneda leyó un poema suyo que desde ayer, dijo, queda dedicado a Valente. «Hay una astilla de luz en la apariencia de la eternidad...». Leídos esos versos propios, Gamoneda ofreció la lectura de algunos versos valentinianos del libro No amanece el cantor . El público del Teatro Principal seguía con impresionante silencio el decir de Gamoneda. No es frecuente tener delante a alguien tan reconocido como un Premio Cervantes. Como Antonio Gamoneda.