La intención del Concello de Ourense de poner freno al uso de la bicicleta en el paseo fluvial de las riberas del Miño obedece, según explicó el concejal de Tráfico Fernando Varela, a la necesidad de proteger a los cientos de peatones que cada día recorren la senda peatonal. «Recibimos moitas chamadas de viandantes queixándose da elevada presenza de ciclistas que molestaban aos peóns», explicó el edil nacionalista.
Durante el período de control realizado por la Policía Local durante el pasado mes de marzo, Fernando Varela aseguró que los agentes localizaron varias carreras de ciclistas en elevados grupos que, según explicó, ponían en riesgo la seguridad del peatón: «A Policía Local ten a obriga de protexer ao peón. Hai ciclistas que van a pasear e non molestan, pero as carreiras son perigosas e por iso se vai a incrementar a vixilancia na zona».
De cara a una solución de futuro, el edil nacionalista instó a otras áreas del gobierno municipal a crear un carril bici en el paseo del Miño: «O que hai que facer é delimitar o espazo para que os peóns e as bicicletas poidan convivir sen riscos. É unha zona que dende o meu punto de vista se presta para que se constrúa un carril bici».
Control preventivo
En cuanto a la orden transmitida por escrito a los agentes para que multasen a los ciclistas que usasen la senda fluvial, en especial en la zona del Paseo das Ninfas, Fernando Varela aseguró que fue una medida experimental y que, en un principio, la presencia policial se dedicará a controlar la presencia de ciclistas: «Non se multará mentres a presenza de bicicletas sexa razoable».