«Una cosa es la educación y otra la enseñanza. Un profesor de matemáticas puede dar valores»

Antonio Nespereira

OURENSE

Sus años de docencia le han dejado un poso reflexivo sobre la educación, pero también sobre otras estructuras sociales

13 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Si no conoce el pueblo de Salamonde está perdiendo un tiempo precioso. Aunque está «atacado por el cemento», su casa rectoral haya perdido sus esencias y la bella iglesia barroca del XVIII no pase por sus mejores momentos de conservación, el viaje merece la pena. Por allí puede encontrarse con Gloria Vidal Suberbiola, una profesora de Arte «jubilada por obligación» que no mira el reloj cuando conversa. En la localidad tiene una casa, tal vez acogedora, aunque con menos historia que la rectoral en la que vivió «hasta acabar la carrera y que por desgracia la que hay ahora nada tiene que ver con la de entonces».

Gloria es una enamorada del arte, del patrimonio, de todas las manifestaciones artísticas que ha dejado el hombre por la historia desde que ha tenido capacidad de expresarse. Fue, efectivamente, profesora de la especialidad y trae de nuevo a su memoria un mensaje un tanto espiritual que siempre transmitió a sus alumnos: «El hombre de las cavernas se puso a pintar y no tenía sus necesidades materiales cubiertas. Las necesidades materiales no cubren todas las necesidades del hombre».

Adquiere brillo su mirada cuando suelta una retahíla de situaciones en las que está el legado patrimonial que le llevan a establecer un diagnóstico casi demoledor porque «me da pena ver monasterios derribados, casas rectorales que se están cayendo, ver como algunas iglesias como la de San Cibrao de Lás sufren un atentado con el cierre que le han puesto, cruceiros comidos por las silvas, que queden rodeados de cemento espacios maravillosos...».

Pero también se alegra de los pasos correctos que se han dado en sentido contrario, como «la maravillosa restauración del monasterio de San Esteban o que As Burgas se hayan declarado Bien de Interés Cultural». En el relato de bienes patrimoniales predominan las referencias a la Iglesia, sin duda porque esta institución atesora unos bienes que ya no cuida o no puede hacerlo sola.

Será por todo eso por lo que posa para el fotógrafo en la catedral. Lo hace porque muy cerca, en la calle Lepanto, estaba el viejo colegio Cisneros y porque desde el punto de vista histórico estamos ante uno de los símbolos de Ourense.

Valores

Gloria Vidal evidencia el poso que en su educación ha tenido la iglesia católica. Nace en Castrelo de Miño y a los nueve años está interna un año en las Josefinas para estudiar la carrera en Santiago. Ejerce por Madrid y Cuenca y vuelve a Ourense en los años 60 ya casada. Tiene seis hijos, uno de ellos el actual teniente de alcalde, el nacionalista Alexandre Sánchez Vidal.

Afirma haber transmitido a su prole valores de la doctrina de Jesucristo: «fueron educados todos ellos en el catolicismo practicante pero de forma crítica, sin aceptar que esto es así porque lo dice la Iglesia y punto». Hoy, de los seis, queda uno con la fe bien cimentada aunque, a decir de su madre, «creyentes creo que son todos».

Enseñanza y sanidad

Los valores están en la educación y ella lo sabe bien como transmisora de conocimientos en sus aulas de colegios como Concepción Arenal o institutos como el de Ribadavia o también por aquí en la capital. «Siempre fui una maestra vocacional y todas sus épocas tuvieron momentos muy gratificantes», dice. Sostiene su profunda creencia de que la sociedad se tiene que articular sobre principios y derechos básicos como «la enseñanza y la sanidad, que deben ser los puntales de la sociedad y necesitan más dinero».

Sus reflexiones sobre la educación trascienden a la docencia en sí misma «porque la educación y la cultura son un derecho para todas las personas y eso lo entendió muy bien la Segunda República, pero no hace falta crear cinco mil bibliotecas como entonces, pero sí inculcar a la lectura. Todos lo deben hacer, no solo los profesores».

Es decir, los padres se deben mojar. ¿Lo hacen o delegan sus deberes como tales en los profes? Ella tiene claro que «una cosa es la educación y otra la enseñanza; un profesor de matemáticas también puede enseñar valores», sentencia. Pero los padres, cree, deben implicarse más.

Sin embargo esta sociedad no para de cambiar, «los padres, digámoslo así, son más permisivos y se nota mucho que proliferan las familias desestructuradas. Lo notas cuando va a hablar con el profesor alguien que no vive el día a día de la educación del niño como un tío, el abuelo o la pareja de su madre o su padre».

Compromiso

Esos valores que impregnan a la sociedad de nuestros días están en las continuas reflexiones de Gloria Vidal, una persona que se define como «comprometida». Su deseo fue siempre transmitir «ideales de amor y respeto a los demás, atendiendo a las necesidades sociales». Si trasladamos estos perfiles al campo político, ¿qué nos saldría? Lo tiene claro: «Nunca he militado en partidos políticos pero siempre he votado a los partidos de izquierda». Siempre lo tuvo claro, aunque no llegó estar en la dictadura entre los represaliados por el régimen. Eso sí, la echaron de un centro educativo privado, ganó en magistratura y sintió el aliento solidario de los que, como ella, estaban comprometidos.