El vandalismo urbano cuesta al año alrededor de 300.000 euros a las arcas municipales, sin que, como contrapartida, llegue a resultar significativa la cantidad que se ingresa como consecuencia de la labor represiva, sumando las sanciones administrativas y las multas que corresponden a procedimientos judiciales por daños.
Los actos vandálicos más habituales en Ourense son los destrozos en bancos, papeleras, farolas y columpios, algo que, como admiten medios del gobierno municipal, son «prácticamente diarios». Robos en fuentes, bebederos y setos, en zonas tan céntricas como As Burgas, figuran también entre las acciones cuyo aumento genera un gasto significativo para el Concello.
La Eurocopa
A modo de ejemplo, la recuperación del césped y plantas de la glorieta de Concepción Arenal, el día del triunfo de España sobre Alemania en la Eurocopa de fútbol, ha obligado a un gasto de 2.000 euros.
Acciones como la utilización de jabones o espumas en fuentes y plazas de la ciudad constituyen también una agresión al medio ambiente por cuanto los vertidos acaban llegando al río con efectos perniciosos en el equilibrio ecológico.