Denuncian la destrucción de un horno de 1850 en Pereiro de Aguiar

Jesús Manuel García

OURENSE

16 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El Concello de Pereiro de Aguiar acaba de derrumbar un viejo edificio en el pueblo de Tibiás, que era, según los vecinos, un antiguo horno comunal. El inmueble fue comprado por la propia institución por 3.000 euros. Su intención, aunque nunca fue desvelada, parece que era construir allí un velatorio.

El viejo horno conservaba en el dintel de la puerta la inscripción del año 1850. La demolición y desescombro fueron realizadas el día 7 de febrero. Los ciudadanos de mayor edad confirman que allí hubo un horno. El propio Concello, cuando compró ese viejo edificio, operación aprobada en el pleno del 20 de diciembre de 2007, lo hizo constar en su inventario de bienes como Casa do Forno.

Lo que sucede es que este horno no estaba catalogado, por lo que a Patrimonio se le hace difícil actuar. Y si se trataba de un horno antiguo, nada menos que del siglo XIX, el Concello tampoco se preocupó de la obligación que tiene de conservar los bienes del patrimonio cultural de que dispone, en este caso, del patrimonio etnográfico.

El derribo de la casa pone en riesgo la estabilidad de otras construcciones privadas colindantes, no se han puesto medidas de protección en la carretera, existiendo un desnivel o escalón lateral que ofrece peligro para peatones y vehículos.

Las piedras del edificio han sido repartidas entre algunos vecinos. Incluida la que llevaba la inscripción de la fecha.

A menos de veinte metros hay una casa habitada. Su propietario, Manuel García, es quien indagó el pasado del edificio derribado. «O velatorio detrás da miña casa sei que non o van facer pero eu non lle teño medo ós mortos senón ós vivos. O máis grave é que tiraron un forno comunal dos dous que había no pobo», indica.

Explicaciones

El pasado día 19 este vecino presentó un escrito en el Concello con el número de entrada 359 en el que solicitaba al alcalde que le facilite información sobre la calificación urbanística del solar «según debe constar no plan xeral de ordenación urbana vixente do Concello de Pereiro» y rogaba urgencia en la respuesta para poder desarrollar las acciones oportunas, respuesta que aún no llegó. Aquel mismo día entregó otro escrito en el que pide al alcalde que le diga si existe licencia o permiso municipal para hacer aquel desescombro y si se adjudicó a alguna empresa esa tarea. También pregunta qué tipo de obra esperan hacer ahí, qué actividad se le dará a ese solar y si esa actividad estaba planteada de antemano en el PXOM.

De igual forma le dice que en caso de ser un posible tanatorio, explique el alcalde si existe proyecto de la obra, si la Consellería de Sanidade sabe de ella y si sucede lo mismo con la Consellería de Medio Ambiente.

El derribo del edificio se hizo, dice Manuel García, sin avisar a nadie. Este vecino desconfía que ni la asociación vecinal supiese nada excepto un mínimo grupo de asociados.

Lamenta que el Concello permitiese a unos vecinos quedarse con las piedras sin avisar a todo el pueblo «ou vendelas para sacarlle rendemento. Eu pregunteille a un veciño que me dixera onde está a pedra coa data de 1850, díxenlle que eu sabía onde estaba, e contestou que lle dera permiso o alcalde, pero non foi capaz de poñelo por escrito».

Protección

En Galicia se está dando un problema grave con los bienes culturales. La ley dice que los ayuntamientos tienen la obligación de proteger, defender, realzar y dar a conocer el valor cultural de los bienes integrantes del patrimonio cultural de Galicia que radiquen en su término municipal.

Hay ayuntamiento que no respetan esto. A ellos les corresponde tomar las medidas cautelares precisas para salvaguardar los bienes del patrimonio cultural que viesen amenazado su interés. Esto tampoco se cumplió porque el horno no estaba inventariado.

Pérdida

En vez de, una vez comprado, interesarse por la realidad etnográfica de esas piedras, el Concello optó por el derribo sin más. Y como nadie estudió el edificio, si de verdad era un horno antiguo comunal, se ha perdido para siempre. La Consellería de Cultura tiene que apurar la realización del inventario de bienes que hay por toda Galicia. Sólo así, la propia Justicia lo reconoce, se podrá proteger lo más importante de nuestra riqueza arqueológica, etnográfica y cultural. Y los alcaldes deberán tener presente, porque así se lo exige la ley, que a ellos les corresponde efectuar la protección de todos los elementos del patrimonio cultural que poseen en su territorio. Para ello tienen que asesorarse debidamente y procurar tener una formación mínima que les lleve a cumplir con la protección del patrimonio cultural.