Emotivo recibimiento en el instituto de Viana para sus «hermanos» de la escuela de Bermejo, en Bolivia

C. T.

OURENSE

15 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

«Una historia de esperanza de una escuela boliviana». Ese título es el comienzo del vídeo que ayer fue visionado en el Instituto Carlos Casares de Viana provocando un profundo y emocionado silencio. Es además, el título que podría recibir el proyecto de cooperación que desde hace dos años ha dibujado una línea imaginaria entre los montes vianeses y los cerros bolivianos. El hermanamiento del instituto gallego con la escuela de Bermejo, en Bolivia, es más real desde ayer, cuando recibieron a la comitiva boliviana que pasará quince días en la comarca.

El director del centro, Luis Fernández, describió la jornada de «profundamente emocionante». Los tres bolivianos también se mostraron sorprendidos del recibimiento, que contó con autoridades locales, comarcales y autonómicas. Uno de los objetivos de la visita es conseguir financiamiento para construir una escuela de secundaria, para lo que elaboró un proyecto Katherina Rojas. La arquitecta boliviana aseguró que su materialización es muy importante para la comunidad ya que supone una apuesta por al educación, que allí es sinónimo de progreso y futuro. El profesor Arcil Arroyo destacó que la escuela tendrá un bachillerato técnico en turismo, lo que supone una novedad en el país. Con ellos llegó Fernando Medina, un alumno de 21 años al que los montes vianeses le hacen sentirse como en casa. Su convivencia con los alumnos vianeses comenzó ayer con un partido. Marcó dos goles.