Los petroglifos del Val Miñor se conservarán con copias en 3D

Laura Míguez Rúa
l. Míguez VIGO / LA VOZ

CULTURA

Una máquina asturiana captará los dibujos para reproducirlos después

18 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«A mellor forma de conservalos é cando ninguén os coñece. Están agochados baixo a terra e a vexetación, non se pisan, nin o aire ou a choiva os desgastan». A Xosé Lois Vilar, del Instituto de Estudios Miñoranos, le duele cada golpe que sufren los petroglifos de la comunidad gallega. Cientos o miles de años de historia se ven ahora amenazados por el paso del hombre, el mismo que creó estos dibujos en piedra que tanto despiertan la expectación de los amantes de la historia.

A sabiendas de que evitar todos estos daños es imposible, la agrupación miñorana aplicará otro modo de conservación: el 3D. El proyecto, que cuenta con la colaboración del Instituto de Cerámicas de Galicia, fue presentado ayer en el aula cultural Ponte Rosas de Gondomar. La Dirección Xeral de I+D+i de la Xunta subvenciona el programa con fondos Feder.

El Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias aportará su máquina de escaneado en 3D, una herramienta valorada en unos 240.000 euros que es única en España. Con ella se aplicará una técnica no agresiva con la que ya se han realizado pruebas anteriormente y que destaca por su fidelidad.

«De cada oco fai milleiros de puntos e sae unha fotocomposición que permite a dixitalización das imaxes. Recóllense todas as dimensións, polo que é un xeito de conservar o grao de profundidade, por exemplo, que ten na pedra antes de que se vaia perdendo», apuntan desde la agrupación.

Claro que para llegar a este resultado el camino es lento. Solo el traslado de la máquina obliga a movilizar un furgón que tendría que tener accesibilidad a los lugares elegidos. Cada lectura podría durar unas horas y el levantamiento gráfico iría acompañado por un trabajo de prospecciones intensivas en toda la zona por parte del personal especializado.

El objetivo de todo este trabajo añadido es localizar arte rupestre que pueda estar asociado a estas representaciones, puesto que es habitual que existan en la misma zona hábitats con restos de los visitantes que residieron ahí siglos atrás. «No caso de Auga da Laxe, en Vincios, existe un petroglifo de 12 metros de ancho por 5 de largo con 30 armas representadas. Xusto ao carón atopamos tres mámoas de entre 4.000 e 6.000 anos. Ademais, hai útiles e pezas de cerámica, entre outras cousas», apuntan desde el Instituto de Estudios Miñoranos. Claro que antes de llegar a todos estos trabajos de campo aún queda mucho papeleo por realizar. El primero de los pasos, que todavía no han cerrado, es la selección de los petroglifos que quieran conservar a través de este sistema.

En principio, por la disponibilidad del personal responsable, se trataría casi todo de ejemplos de la zona del sur de Pontevedra, aunque no se descartan algunos del resto de Galicia que sean interesantes por alguna de sus particularidades.

El segundo incluiría tramitar los permisos con todos los propietarios de los terrenos en los que se encuentran los dibujos sobre piedra.

Propiedad comunal

La mayoría de esos permisos están en manos de comunidades de montes, que suelen estar muy concienciadas con el respeto y la conservación a los restos arqueológicos, así que esperan no tener problemas.

El último escalón será la negociación con los responsables de Patrimonio, que debe autorizar los trabajos. Esperan hacer una tramitación conjunta de todos los casos elegidos.

El siguiente paso, crear recuerdos

Además de la vertiente histórica, el proyecto que impulsa el Instituto de Estudios Miñoranos y el de Cerámica de Santiago cuenta también con su punto comercial. El escaneado de las figuras históricas sobre las piedras no solo permitirá su estudio con detenimiento, sino también la fabricación de recuerdos. Su fidelidad con el original sería completa y también se podría convertir en una forma de dar a conocer el rico patrimonio gallego en este ámbito para promover su conservación. El proceso sería complicado, puesto que, además del moldeado, también sería necesario cocer el resultado y pasarlo luego por varios procesos industriales para que se trate de una copia resistente. Hacia este camino todavía no se han dado pasos, aunque se considera una buena forma de financiar más actividades arqueológicas en la zona sur de Pontevedra. De momento, las primeras negociaciones se centrarán en que las copias puedan servir para dar a conocer estas singulares siluetas e incluso lleguen a las muestras de los museos.