El futuro del castro de Baroña pasa por limitar las visitas, afirman los expertos

Javier Romero Doniz
Javier Romero NOIA/LA VOZ.

CULTURA

Estudios recientes evidencian seis zonas críticas a causa de la acción humana

06 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El todo vale parece que ya toca a su fin. Tanto las acampadas furtivas en el interior del castro como en su entorno, así como el rocódromo improvisado en el que se convierten a veces los muros rehabilitados de las construcciones, parece que pasarán finalmente a mejor vida. O por lo menos eso es lo que se desprende de las cuestiones relacionadas con este yacimiento de O Son que en las últimas semanas se ha puesto de actualidad por dos novedades que pueden significar el inicio de una nueva y mejor etapa. Siendo una de las más importantes y que parece probable la limitación de visitas al castro.

Por un lado están los diferentes estudios que la Xunta contrató y de los que ya se conocen los resultados, no muy halagüeños. «Existen seis zonas que hemos calificado de impacto crítico y cuyo estado es irregular. Además coinciden con las partes en donde los visitantes más han desgastado el castro, que por otra parte hay que mencionar también que sufre una fuerte erosión natural», es la explicación que realiza el arqueólogo Tito Concheiro, un experto conocedor de este icono de la comarca de Barbanza que reconoce la necesidad urgente de ponerse manos a la obra para solucionar las deficiencias acumuladas durante años y fruto de la acción humana.

Otro de los puntos negros del yacimiento que ha caído en el olvido hasta ahora es el producido en las zonas en las que algún día se realizaron excavaciones, que han caído en el sueño de los justos hasta ahora.

Luz verde al plan especial

El factor que podría empezar a reinvertir el estado comatoso de este castro es el hecho de que hace varias semanas la corporación municipal de O Son dio luz verde al plan especial de este visitado patrimonio arqueológico, que según los expertos permitirá regular el uso del yacimiento y su entorno: «Ahora, entre el estudio realizado y el plan especial se podrá retomar la actividad arqueológica, controlar el flujo de visitantes y sobre todo actuar en las zonas que hemos calificado como críticas en el informe».

Cabe decir que fue una iniciativa de la Dirección Xeral de Patrimonio la de encargar el levantamiento topográfico, de documentación y estudio del estado actual del castro de Baroña, gracias al cual se ha conocido este diagnóstico.

Según apuntan desde el mismo departamento, «trátase de documentar de xeito exhaustivo a súa morfoloxía, identificar os axentes de alteración e dispor dunha base sólida para estudar actuacións correctoras e acometer futuros traballos de conservación». Con todo esto, ahora solo queda esperar que la burocracia no se empantane más y el civismo sea la bandera con la que visitarlo.