Está representada por el almacén de pescadores de Cangas y un espacio para la asociación Alga-a, de Vigo
14 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Repensar la arquitectura: crear un espacio de reflexión para redescubrir su esencia por encima de las modas, las marcas, los edificios icono y los arquitectos estrella. Ese ha sido el objetivo del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para el Festival de Arquitectura eme3 de este año. Y entre los proyectos destacados en la sesión de audiovisuales se encontraba el Departamento de Pescadores del puerto de Cangas.
Los comisarios de la exposición decidieron incluir esta obra proyectada por los arquitectos gallegos Jesús Irrisari Castro y Guadalupe Piñeira Manso (que ha sido tan polémica entre los pescadores de la villa pontevedresa) como muestra del mejor patrimonio arquitectónico del mundo. La funcionalidad de la obra es clara: 40 almacenes para dar servicio a los pescadores del puerto de Cangas.
El proyecto, encargado por Portos de Galicia en el 2003, preveía «una estructura permeable, de celosía de acero, que revelase el paisaje y no cerrase definitivamente Cangas a la ría de Vigo», señalan los arquitectos. Pero, sobre todo, el valor de la edificación radica en que surge de una reflexión sobre el uso del espacio por parte de los ciudadanos.
Y es que, en el Festival eme3, lo más importante no fue la arquitectura en sí, sino su relación con otras disciplinas y problemáticas, tales como la sociología, el arte, la ecología, la política o el activismo ciudadano.
Nuevas soluciones
«En un momento en el que mucha gente ya no puede pagar su hipoteca, hay que encontrar nuevas soluciones y los arquitectos están empezando a unirse a proyectos globales», señaló David Juárez, de la red de Arquitecturas Colectivas. Esta red se ha llevado el reconocimiento del festival, que la ha premiado como mejor proyecto entre 23 candidaturas de todo el mundo. Arquitecturas Colectivas nació en Córdoba en el 2007. Está formada por más de cincuenta colectivos de España y América, entre los cuales se encuentra la Asociación Alg-a, de Vigo. Promueven la construcción participativa y una de sus acciones más relevantes es distribuir contenedores-vivienda reciclados para instalarlos como espacios de reunión y trabajo.
Las vértebras de una casa prefabricada expuesta en Madrid sirvieron para construir las gradas de un campo de futbol en La Cañada Real y como cubierta de un espacio cultural gestionado por Alg-a en Vigo. «La idea es dar solución a las necesidades de espacio de colectivos a la vez que se ensayan estrategias de ocupación y reciclaje urbano y se aprovecha la ocasión para establecer o reforzar vínculos de complicidad, comunicación o colaboración en forma de red».