La Bienal de Pontevedra diseña un atlas plural con Galicia y América

María Conde PONTEVEDRA/LA VOZ.

VIGO CIUDAD

La exposición se abrió ayer en la capital de provincia y Vilagarcía, donde podrá visitarse hasta el 12 de septiembre

05 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Para qué se hace una Bienal? El comisario de la de Pontevedra, Santiago B. Olmo, se hizo esta pregunta cuando le encargaron la exposición de este año, dedicada a Centroamérica y el Caribe. Y su respuesta es que una Bienal «se hace para aprender; los que la organizamos y los que la visitan». Así que la 31.ª edición de la muestra que organiza la Diputación pontevedresa no es solamente la más extensa y diversificada -con intervenciones en Pontevedra, Vilagarcía, Vigo y Santiago-, sino también la que pretende ser más didáctica a la hora de dar a conocer la realidad social, cultural y política de esos países a través del arte.

Olmo destacó que Utrópicos (fusión de utopía y trópicos) «no es un atlas ni un viaje que toca todos los puertos», sino que lo que pretende dar «es una comprensión de esa pluralidad» a través de microexposiciones, en las que las obras de los artistas americanos dialogan de forma permanente con las de los gallegos. Es un viaje de ida y vuelta, con constantes referencias a la conexión entre ambas regiones. En este «cambio de rumbo» de la Bienal hay historia, con la presencia de la emigración gallega en estos países, reflejada en obras de Castelao, Souto, Granell o Maruja Mallo; hay presente, con una radiografía de la zona centroamericana a través de obras que contienen denuncia social (hasta una instalación permite sufrir los efectos térmicos de la fiebre amarilla) y de la violencia, crítica política o preocupación por el medio ambiente. Hay también documentación sobre las performances, que son uno de los géneros más efectivos utilizados por los artistas y muchas instalaciones creadas ex profeso para el sexto edificio del museo. La Bienal es un mosaico donde caben cerca de cien creadores, entre veteranos y noveles.

Entre los invitados a la apertura estuvo el actor Sancho Gracia, que se refirió a su estado de salud. «Afortunadamente estoy bien -señaló-. Hay un proverbio chino maravilloso que dice que, si tiene remedio, no te preocupes, y si no tiene remedio, para qué te vas a preocupar».

Provocación

El único lunar, el del arte de la provocación, lo puso el polémico creador costarricense Guillermo Vargas, Habacuc (sobre el que circuló en la Red la noticia de que había dejado morir a un perro en una exposición), que acudió al acto con una prenda con el lema camisETA, intentó por activa y por pasiva dejarse ver, y aseguró desconocer lo que estas siglas significan. Su gesto provocó un «reajuste» en la exposición de la Bienal, que acoge la Facultad de Bellas Artes, donde al parecer iban a exhibirse dos vídeos suyos. La muestra se inauguró sin ellos.