El museo Reina Sofía anuncia una decena de muestras en dos meses

Miguel Lorenci MADRID/COLPISA.

CULTURA

07 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja Villel, se ha propuesto dar un revulsivo a las exposiciones temporales. Y para ello el museo sumará una decena de muestras temporales en poco más de dos meses. Unas exposiciones de «raíz compartida», cuyo denominador común es no ser nada comunes y que colocan el foco en las antípodas de los puntos de atención de muchos otros museos de arte contemporáneo.

Sin serlo, la singular y arriesgada propuesta de Borja-Villel se asemeja a la de una gran bienal. «Si Kassel ofreció medio millar de obras de un centenar de artistas en 17.000 metros cuadrados, el Reina va a mostrar casi 1.600 obras de 348 creadores repartidos en una superficie de 12.000 metros cuadrados, en una decena de exposiciones a lo largo de unos dos meses», ha explicado.

Igual que reformuló la colección, quiere ahora reformular el discurso de las expos temporales «desde una nueva forma de institucionalidad». «No quiero hacer un museo de élites» advierte.

Esta batería teórica tendrá su demostración práctica en muestras como Desvíos de la deriva , Experiencias, travesías y morfologías , Principio Potosí , Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajenas o la ya abierta Martín Ramírez; Marcos de Reclusión . Unas exposiciones «con planteamientos algo brutales, llenas de tensiones y de gestos que pueden llegar a mezclar elementos del barroco más refinado con creaciones de emigrantes chinos en unas piezas que funcionan como dispositivo artísticos» promete Borja-Villel.

Entre mayo y junio ofrecerá también una muestra titulada Nuevos Realismos que investiga un raro período del arte norteamericano, «de 1956, cuando mueren Pollock y James Dean, a 1962, cuando llega el pop». También reabrirá, tras cinco años clausurado, el palacio de Velázquez del parque del Retiro con la primera gran retrospectiva dedica a Antoni Miralda, un catalán afincado en Estados Unidos, casi olvidado por estas latitudes que regresa con De gustibus non disputandum .

Esta vertiginosa panoplia expositiva se completa con Estrategia del objeto, entre ready-made y espectáculo , Manhattan, uso mixto y un retrospectiva del trabajo de Jessica Stockholder con el subtitulo Atisbar para ver .