Luis Ángel Segura: «Para nosotros tocar es un trabajo y vamos a hacerlo bien»

CULTURA

L.A. presentan en A Coruña y Vigo «Heavenly Hell», la obra con la que dejaron de autoeditarse y entraron en Universal.

12 mar 2010 . Actualizado a las 15:06 h.

Todo indicaba que Heavenly Hell iba a ser el cuarto trabajo autoeditado de L.A., el proyecto liderado por el mallorquín Luis Ángel Segura. Todo hasta que la multinacional Universal vio su potencial y decidió incorporarlo a su catálogo de artistas. En ese momento el proyecto giró 360 grados. De los conciertos a nivel local, se pasó a girar a nivel nacional. Mañana en A Coruña (Le Club, 22.30 horas) y el sábado en Vigo (La Fábrica de Chocolate, 22 horas) el público gallego podrá disfrutar de su directo.

-¿Orgulloso de haber estado en Los Valendas, una leyenda del «indie» de los noventa?

-Sí, claro. Ellos, en el 92 o así, tuvieron un momento de gloria. Habían fichado con Munster y hacían conciertos en la Península. Yo entré más tarde, cuando ya estaban más relajados.

-Factura, como ellos, pop-rock aterciopelado y de base acústica. ¿Le viene de allí?

-Bueno, yo estuve tres años con ellos y aprendí mucho y las influencias son más o menos similares. Hablamos de The Beatles, de Elvis Costello, de Tom Petty, de cosas así.

-Llama la atención el título del disco, «Infierno celestial». ¿Es un trabajo-catarsis?

-El título salió como un título de trabajo provisional y, luego, fue cobrando sentido. Encaja muy bien con su sabor agridulce. Ahí hay tres años de mi vida: un tío cumple 30 años, tiene una relación, las cosas se truncan y, después, conoce a otra persona. Eso, que le sucede a cualquiera, me pasó a mí yendo a grabar al estudio, plasmándose no solo en las letras, sino en la instrumentación y en todo.

-Para dulce, «Evening Love», un tema con aromas «disco». ¿Cómo le dio por ahí?

-A ver, este iba a ser mi cuarto disco autoeditado y en él iba a hacer cosas que nunca había hecho antes. Salieron temas como ese. Yo, en ese momento, estaba escuchando mucho a Phoenix y luego, Toni Noguera, el productor es muy del funk de los setenta. Eso se plasmó. En el momento en que se confirmó que nos fichaba Universal, llegamos a preguntarnos si este tema pintaba algo. Al final, la dejamos.

-Sería un gran «single». ¿Se lo plantearon?

-Sí, durante un tiempo, pero sería un error. Captaríamos la atención de un público al que luego lo otro quizá no le interesase. Y no es nada representativa de lo que yo hago. La concibo como un caramelo, nada más.

-Pasa de las autoediciones a una multinacional. ¿Se siente en un trampolín?

-Sí que te das cuenta de que estás en un momento crucial. Antes iba un poco a la deriva en plan que venga lo que venga. Ahora, cada concierto que damos intentamos que sea el mejor. Ya no tenemos 18 años. No es «venga, vamos a emborracharnos y liarla parda». No, para nosotros esto es un trabajo y vamos a hacerlo bien. Queremos que todo esto dure mucho.

-Se le asocia al rock americano, pero también brilla en L.A. una épica pop cercana a Coldplay. ¿A qué tradición se siente más próximo?

-Yo empecé de pequeñito escuchando Beatles, The Who y los Hollies. Tengo una base mucho más popera y británica que roquera y americana. Pero con 14 años pillé la explosión grunge y las bandas que quedaron luego de rock alternativo, como Counting Crows y Pearl Jam. Y me quedé ahí. De hecho, muy pocas bandas de la escena británica actual me llaman la atención.

-Siempre se cita a Matthew Sweet. ¿Una gran referencia?

-Sí, totalmente. Tengo toda su discografía.

-¿Pertenece al club de los que piensan que su «Girlfriend» es una de las grandes joyas del pop los noventa?

-Sí, claro. Pero no solo ese. Matthew Sweet tiene discos redondos en todos los aspectos, canciones, sonido, producción, todo. Para mí es un verdadero genio y un referente total.