Vigo acoge la obra de Català-Roca, pionero del periodismo fotográfico

B.?R. Sotelino

CULTURA

La Fundación Barrié coproduce con La Fábrica, de Madrid, la muestra formada por 150 fotos de los años 50

04 mar 2010 . Actualizado a las 13:51 h.

Francesc Català-Roca (Tarragona, 1922-Barcelona, 1998), es uno de los grandes de la fotografía española y autor imprescindible en la historia del documentalismo en España. Su trabajo en relación a esta faceta es el que centra la nueva exposición que la Fundación Barrié inaugura esta tarde en su sede de Vigo, y que está formada por 150 fotografías en blanco y negro, muchas de ellas inéditas, acompañadas por un vídeo documental que se proyecta en continuidad. La Barrié prosigue de este modo su apuesta por los clásicos de la fotografía, en este caso en coproducción con La Fábrica, de Madrid, con la que ambas entidades inician una nueva línea de colaboración que en esta ocasión es, más que una exposición, un proyecto cultural, de investigación y recuperación de la obra de un autor fundamental de la fotografía española y uno de sus principales renovadores en la década de los 50 del siglo XX.

El fotógrafo y editor Chema Conesa, comisario de la muestra, fue el encargado de presentarla, acompañado por los herederos del fotógrafo, sus hijos Martí y Andreu Català Pedersen, que siguieron sus pasos en el laboratorio paterno aunque empezaron, por indicación del progenitor, «barriendo el estudio», recordaron. Conesa, que contó cómo a los 14 años conoció por casualidad al autor cuando entró en su casa pidiendo permiso para hacer una foto desde el balcón, explicó que la muestra es fruto de una exhaustiva búsqueda en su archivo cuyo depositario es el Colegio de Arquitectos de Cataluña, entre más de 200.000 negativos de su inmenso registro de disparos impecables, ya que no guardaba ni un solo que no considerase útil».

Profesional, no artista

El comisario también recordó la personalidad abierta y dicharachera del maestro reconocido y admirado por toda una generación de fotógrafos, que huía del calificativo de artista y prefería el de profesional.

Chema Conesa también destacó de Catalá-Roca su aportación a la dialéctica del reportaje, «construyendo imágenes en las que sumaba la verdad del documento a la belleza de la forma. Era el fotógrafo total, un autor integrado en las corrientes modernas de la época, que además dominaba la técnica tan perfectamente que pudo aplicar sus conocimientos de forma intuitiva y aportó una renovación total en la forma de contar».

Aunque su producción es muy extensa, la muestra se centra en el trabajo que acometió en los 50 y 60, cuando recorrió la España urbana y rural, ilustrando más de una quincena de guías para la editorial Destino.