El Marco recorre con Jorge Barbi su obsesión por el arte que se genera por «acción natural»

B.?R. Sotelino

CULTURA

El museo organiza la primera retrospectiva que se realiza sobre el artista guardés

17 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Si es usted una de esas personas a las que el arte contemporáneo le deja frío, desde hoy mismo tiene la oportunidad de sacudirse la escarcha con solo cruzar el umbral de la sala principal del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. Allí se ha instalado temporalmente el mundo creativo de Jorge Barbi, un artista veterano al que el Marco dedica la primera retrospectiva de su vida cuando está a punto de cumplir los sesenta años. Curiosamente, el Marco también celebra un estreno, ya que se trata de la primera muestra individual que organiza el museo vigués desde que se inauguró en el 2003.

Jorge Barbi es un paisano de A Guarda, la villa costera que mira por encima del hombro a Portugal, y su trayectoria creativa está ligada íntimamente a la observación de la naturaleza, pero no como un biólogo, sino como un entomólogo de las bellas artes, un lideiras capaz de apreciar belleza en lo que otros solo captan manchas. Un ejemplo de ello es la serie Argentea , en la que el autor fotografió las huellas arbitrarias dejadas por los excrementos de las gaviotas sobre las rocas. El ojo puede ver figuras humanas que se asemejan a las que pinta Barceló, pero resulta que son heces de ave. El asunto sirve hasta para reflexionar sobre el arte contemporáneo. Hay quien piensa que es «una mierda», pero no todas las deposiciones son fruto de diarreas mentales.

El comisario independiente coruñés afincado en Londres Juan de Nieves ha articulado esta muestra junto al artista como un paseo a través de la observación cotidiana de la naturaleza y sus mutaciones, como un extenso archivo que Barbi ha ido construyendo a lo largo de veinticinco años de trabajo.

Nuevas producciones

El argumento se cimenta a partir de varias series de fotografías realizadas en los últimos años, junto con una cuidada selección de piezas anteriores y nuevas producciones específicas para esta muestra, intentando establecer nuevas lecturas de su trabajo. Según explica De Nieves, en algunos casos se intentó dar una representación espacial a piezas unidimensionales para presentarlas de un modo arquitectónico en las salas de exposición, como es el caso de las obras inicialmente escultóricas: Diluculum , y Aquí tampoco se desvela ningún enigma ; o de la gran instalación titulada Esperanza de vida animal .

Como recuerda el comisario, aunque la mayor parte de su obra está asociada a una dimensión escultórica, ya sea desde la apropiación de objetos encontrados hasta la manipulación más elaborada, no será hasta finales de los años noventa cuando su trabajo se materialice en diferentes series fotográficas. «Durante los últimos diez años, el registro de esas imágenes constituye un extenso archivo y a la vez una topografía localizada de fenómenos temporales». Entre ellos, las fantásticas formas de las simetrías de espuma de mar captadas por el autor en su serie del 2007, o las amputaciones de árboles captadas por su cámara y contrastadas con el mismo paisaje antes de las talas. Barbi es un pescador de signos naturales al que se le nota que disfruta con su faena diaria y no ha perdido el entusiasmo. Como aseguraba ayer en la inauguración, «todo lo que hago me gusta. Si no, no puedo».