Retranca se convierte en la primera revista gallega de humor que alcanza los dos años de vida

La Voz

CULTURA

Actualmente se venden dos mil ejemplares. La crisis, que no deja ningún palo sin tocar, les obligará ahora a salir cada dos meses.

15 oct 2009 . Actualizado a las 19:14 h.

Toda una hazana. Que una revista de humor en gallego, de carácter mensual y que se vende en los quioscos vaya a cumplir los dos años de vida puede considerarse como tal. Retranca se ha convertido en la primera que lo logra en Galicia.

Como advierte el director y alma máter de la publicación, el vigués Kiko da Silva, «hai dous anos moitos crían que a Retranca estaba morta e que a nosa revista duraría un telexornal e aquí nos tedes, con 22 números ás costas, unha chea de subscritores e as mesmas ganas de facer rir aos galegos».

¿El secreto del éxito? A estas alturas tienen claro que haber apostado por la distribución en quioscos desde el principio para llegar al gran público, sin convertirse en otro producto de librerías especializadas. Y para lograr esa distribución en las cuatro provincias, Retranca tuvo que convertirse en una «revista emigrante», ya que se hace en Pontevedra, sale de Vigo, se imprime en Madrid y vuelve en camiones a Galicia.

Sin subvenciones

Actualmente se venden dos mil ejemplares. La crisis, que no deja ningún palo sin tocar, les obligará ahora a salir cada dos meses. Será así hasta que pase el «temporal» económico. Hay que tener en cuenta que se trata de una revista que vive exclusivamente de los anunciantes y de las ventas, ya que no cuenta con ningún tipo de subvención.

En su nómina, eso sí, puede presumir de ilustres colaboradores como Miguelanxo Prado, Siro López, Xaquín Marín, Manolo Rivas y Leandro, entre otros.

Hace un año, los responsables de Retranca decidieron poner un contador en la página web (revistaretranca.com), y desde entonces ya han contabilizado 18.000 visitas.

Y anécdotas hay muchas, claro. Al cabo de dos años, Kiko da Silva advierte que casi todas tienen que ver con las Rías Baixas. Por ejemplo, el enfado de un ex alcalde de Cangas por una viñeta de connotaciones lingüístico-sexuales en la que se hablaba del «falo galego» o la polémica con una campaña publicitaria en los autobuses de Vitrasa, cuando hubo que modificar el lema «Probablemente os deuses non existan, pero a cultura galega sí». Reconoce que, indirectamente, aquello fue una buena publicidad.