Santiago expone la pintura más representativa de Leopoldo Nóvoa

La Voz

CULTURA

La galería SCQ inaugura una muestra que recorre la producción del artista gallego desde el año 1985

23 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La galería compostelana SCQ acoge desde ayer, y hasta el 23 de octubre, una exposición compuesta por una selección de obras que hacen un recorrido por la producción del artista gallego Leopoldo Nóvoa desde el año 1985 hasta ahora. El artista, con 90 años de edad, participó ayer en la inauguración de esta retrospectiva a la que acudió acompañado de su hija.

Las pinturas que se pueden contemplar son representativas del quehacer artístico del pintor que sigue creando entre París y Armenteira, sus dos residencias. Su constante estudio de la luz, el espacio y la materia están presentes en las piezas que expone en la galería SCQ, piezas en las que aparece codificada su iconografía reforzada por el vocabulario personal, a la vez descriptivo, de sus títulos.

Esta última obra de Nóvoa refleja su lenguaje iconográfico propio basado en formas geométricas orgánicas (cuadros, triángulos...), formas primitivas como cromlechs y nichos, y otros elementos como pinchotes , y cuerdas. Todo ello al mismo tiempo que establece un vocabulario personal que usa en los títulos de sus obras (cuadrángulo, dominante vertical, dominante horizontal...).

Leopoldo Nóvoa comenzó su trayectoria artística ligada a la pintura figurativa en la línea de Laxeiro y Seoane hasta finales de los cincuenta. Pero el encargo del mural del Cerro en Montevideo (1962-65) marcará un punto de inflexión en su obra. A partir de la realización del mural trasladó a la tela su trabajo como muralista. Como él reconoce, «tras la realización de un importante mural que inicié en 1962 comencé a sacar elementos hasta quedarme exclusivamente con el espacio y la luz». A partir de ahí trabaja con superficies monocromas y juegos de tensiones.

Nóvoa, nacido en 1919 en Salcedo (Pontevedra), vivió muchos años en Uruguay y en esta permanencia en Montevideo fue importante referencia del ambiente cultural uruguayo donde entabló amistad con varios de sus protagonistas, como los escritores Onetti y Cortázar.

Debido a su experiencia en la plasmación del mural del Cerro, y a sus conocimientos en la elaboración de la cerámica, la materia se convirtió para él en un elemento esencial de trabajo. «La materia -dice- es la que nos da los aspectos para la reflexión». El artista usa también la ceniza en muchos de sus últimos cuadros, ceniza que tiene clasificada en cajas y usa para pegar sobre la arpillera de muchos cuadros. Nóvoa confiesa que este uso de la ceniza es consecuencia del trauma que le quedó en 1979 tras el incendio que quemó su taller parisino de la Rue de Faubourg de Saint Antoine y que destruyó toda la enorme obra que tenía almacenada.

Tras el incendio la materia fue ganando valor por sí misma, y fue utilizada como tal llegando a convertirse en pigmento. Este uso de la materia tendrá dos consecuencias sobre su obra: por un lado le llevará a reducir la paleta de colores a grises, rojos y blancos; y por otro, le dará la oportunidad de jugar con diferentes texturas apelando a una sensación táctil de la visión.