Wilco exhibe en Santiago un directo incansable y cuidadoso

Camilo Franco

CULTURA

El grupo norteamericano consiguió el lleno en su primera aparición en Galicia.

02 jun 2009 . Actualizado a las 13:55 h.

Para Wilco la música tiene que encajar más allá de sus influencias. A eso se dedicó la banda que ha asumido el protagonismo del indie norteamericano en su concierto de anoche en Santiago. En un Pazo de Congresos sin espacios vacíos, la banda encabezada por Jeff Tweedy fue haciendo encajar las piezas de todas las músicas que pesan en el peculiar sonido de la banda. Aún no se habían sentado todos los que estaban y Wilco comenzó a a colocar las piezas. Por contradecir a los que acusan al grupo de un exceso de melancolía soft rock, el concierto arrancó con energía para continuar con el gusto por hacer cambiar a las canciones de dimensión colocando sonidos ajenos. El extrañamiento, que diría alguien de teatro. Luego otro giro hacia los sesenta. El comienzo del concierto fue la demostración de las muchas caras que el grupo ha ido utilizando.

Los más sorprendidos seguidores del Wilco en el momento de Summerteeth o Yankee Hotel Foxtrot han detectado cierta linealidad en los últimos discos de la banda, incluido el que se puede escuchar en la Red y está a punto de llegar a las tiendas de discos, queden las que queden. Le han encontrado a la banda y a su líder un cierto grado de autocomplacencia que en los directos no tiene traducción. Wilco es una banda de escuchar en silencio, atendiendo a los detalles. Circunstancias que chocan con lo que se entiende por un concierto de rock y, aún más, chocan con una parte de la parroquia de los conciertos. Wilco hace honor a su nombre (contracción de «We'll accomplished», nosotros cumpliremos) y lo suyo es recrearse en la música, dejarla sonar en el ambiente para demostrar que existe el rock culto y cuidadoso, aunque a veces parezca algo ensimismado.