El Rápido de Bahía va por su quinto entrenador

Vigo / La Voz

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Tres de los anteriores fueron destituídos y el restante dimitió

05 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Job se ha convertido ya en el quinto técnico que dirige esta temporada al Rápido de Bahía, de Autonómica Sur. Su presidente, Alfonso Vaqueiro, espera que sea el definitivo, pero tiene claro que hará todos los cambios que sean necesarios con tal de corregir el rumbo del equipo. «A mí me da igual que sean cinco entrenadores, siete o nueve siempre que sea por el bien del equipo», comenta el dirigente.

Los resultados (siete puntos en 14 partidos) han estado detrás de las tres destituciones que se han producido hasta la fecha, a las que se suma la marcha en pretemporada del primer técnico con el que contaron. «Todos llegaron diciendo que había buen equipo y que traerían a más jugadores. Hicimos fichajes de gente que jugó en Tercera, pero las cosas han seguido sin funcionar», comenta.

Admite también que el ambiente entre la afición ha sido otro factor que les ha empujado a este nuevo relevo. «Muchas veces son las circunstancias. En el último partido en casa, contra un rival de nuestra altura, la gente empezaba a perder la paciencia y, para evitar males mayores, se optó por está decisión». Asegura que el propio interesado, Javier Tenorio, aceptó de buen grado su cese porque «ya no se veía capaz de sacar adelante al equipo».

Pese a todos estos cambios y a las dificultades que están teniendo que afrontar, el presidente del Rápido está convencido de que el equipo está a tiempo de remontar el vuelo. «Mientras hay vida, hay esperanza. No es como cuando el médico te dice que no merece la pena operar siquiera porque no hay nada que hacer. Todavía estamos a tiempo». Además, el nuevo técnico viene «con otra actitud» que espera que pueda transmitir a una plantilla «quizá un poco desconcertada» con tantas idas y venidas. «Creo que los chavales lo entienden, aunque está claro que llega alguien nuevo y hay que volver a adaptarse a sus ideas y a lo que les pida».

Las dificultades que han surgido en lo que va de temporada -incluidas lesiones y todo tipo de contratiempos- no han hecho mella en la directiva, que en ningún momento ha pensado en tirar la toalla. «Si viéramos que el problema éramos nosotros, o que era yo, ya nos habríamos ido. Nuestra idea es levantar esto y no bajar los brazos en ningún momento».

Vaqueiro reconoce que el diagnóstico del problema que arrastra el club este año es probablemente el punto en el que se han atascado. «Si supiéramos cuál es, ya estaría solucionado. La cuestión es dar con lo que necesitamos para cambiar esta situación, con alguien que garantice que lo conseguirá», analiza.

En vista de que, insiste, «todos los entrenadores que pasaron por el banquillo destacaron que había una buena plantilla», pero que ninguno supo sacarle partido, prueban ahora una nueva alternativa. Alfonso Vaqueiro espera que a la quinta sí sea la vencida.