El acusado de matar al profesor de Vigo pagó 38.000 euros a los herederos

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

LA VOZ

Le acusan de golpearlo con unas bolas y asestarle 21 cuchilladas. Fingió ser el fallecido para contratar tarjetas y hacer gastos, apuestas o comprarse dos coches

07 abr 2024 . Actualizado a las 02:35 h.

 Cuando aún faltan meses para la celebración del juicio por jurado, el joven acusado de matar a un profesor jubilado en un piso de la calle Areal ya ha indemnizado con 38.334 euros en total a los dos hermanos del difunto, sus únicos herederos. Este gesto fue clave para que el fiscal le beneficiase con la atenuante de reparación del daño, lo que le rebajó la petición de pena. Una hermana percibió 21.879 euros y el otro, 16.455, a cambio de renunciar a ejercer acciones civiles en el juicio.

La Fiscalía pide para el acusado diez años y medio de cárcel por un delito de homicidio y otro año por una estafa combinada con un delito de hurto. El juicio está pendiente de fecha en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, en Vigo.

La Fiscalía, en su escrito, ha reconstruido los pasos que dio, supuestamente, el lucense David Macía, de 24 años, en los momentos previos y posteriores al crimen del profesor jubilado Benigno Torreiro, de 69 años, en su piso el 28 de diciembre del 2021. Siempre según el fiscal, lo mató golpeándolo con unas bolas de mármol y le asestó 21 cuchilladas. Entre el 29 de diciembre del 2021 y el 4 de enero de 2022 suplantó al difunto y usó su tarjeta para gastarse 17.240 euros en copas, apuestas compras y coches.

Todo empezó esa mañana cuando el sospechoso contrató por teléfono dos tarjetas financieras asociadas a la cuenta corriente de Benigno y al propio terminal del acusado. Hizo pagos en plena madrugada en la discoteca Roy Bleck, de Vigo, donde se gastó 672 euros.

Por la tarde, en torno a las ocho y media de la tarde, el acusado, según el fiscal, estaba con Benigno en el salón del piso de Areal y le golpeó fuertemente varias veces con unas bolas decorativas de mármol en la cabeza y en la cara. El jubilado cayó conmocionado al suelo y Macía, presuntamente, cogió un cuchillo de cocina de siete centímetros de hoja y lo remató con 21 cuchilladas, hiriéndole en la cabeza, cara, cuello, zona cervical y tórax. Falleció por las lesiones de arma blanca sobre la región cervical, la yugular y la carótida, y por el hundimiento de la bóveda craneal. El crimen se sitúa entre esa noche y la tarde del día siguiente.

El día 29, también de madrugada, probablemente, con la víctima ya fallecida, el implicado se gastó 169 euros en la discoteca. Tras el crimen, sustrajo a la víctima un juego de llaves del domicilio, el DNI, la tarjeta sanitaria, un móvil y varias tarjetas de débito y crédito. Con estos documentos, fingió ser el fallecido y solicitó por teléfono una nueva tarjeta e hizo distintas compras, pagos y disposiciones con cargo a la cuenta del fallecido.

Al filo de la medianoche, se gastó 23 euros en un restaurante de Samil. Al día siguiente, día 30, Macía, usando la tarjeta del profesor muerto, hizo pagos en una brasería, un hotel de la calle García Barbón, en un taxi, y varios locales de copas. También se gastó más de 2.700 euros en dos compras en unos grandes almacenes, 30 euros en un pedido de comida por una app y retiró 500 euros de un cajero automático. Además, se compró un vehículo de alta gama Audi A6 de segunda mano por 9.900 euros. Usó Bizum para pagar 150 euros a un taxista, e hizo abonos de 50 euros.

Al siguiente día, Nochevieja, el acusado gastó el dinero en párkings, estancos y un centro comercial. Ya en Año Nuevo, hizo cargos en un aparcamiento, en áreas de servicio y abonó 500 euros por bizum a un colega con que le había ganado una apuesta.

En ese día y el siguiente, 2 de enero, hizo varios pagos que sumaron casi 500 euros en su hotel, comió y cenó en una brasería, y pagó 500 euros como señal por la compra de un Peugeot 306.

El 3 de enero, usó el coche e hizo pequeñas compras en un taller de neumáticos, llenó el depósito de gasolina en varias estaciones de servicio y pagó un peaje de la autopista AP-9. También envió unos bizums a unos colegas, que cargó a la cuenta del difunto.

El 4 de enero, salió de Vigo e hizo varios pagos en peajes por la autopista AP-9. Allí llamó la atención de la Guardia Civil de Tráfico, que le pidió los papeles del coche, a nombre del fallecido, y halló bolsas con compras en el maletero. Fue detenido.