Estupor en Redondela: «Alguien con alma no hace esto»

E. V. Pita / L. C. Llera REDONDELA / LA VOZ

REDONDELA

Oscar Vazquez

Al estupor se unió la alarma por encontrar al niño de 8 años, que estuvo dos horas desaparecido. María José luchó en los últimos tiempos contra un cáncer de mama y trabajaba en Pescanova

21 feb 2017 . Actualizado a las 08:33 h.

La tragedia llegó de noche a un barrio enclaustrado entre la raqueta de la AP-9 y las vías del tren, ahora abandonadas, en el límite entre Vigo y Redondela. «No puede estar pasando esto», dijo la hermana de la mujer fallecida, la primera en llegar al lugar de los hechos. Irrumpió en la escena con la intuición de que lo que ocurría era especialmente grave. «Sentí que se caía todo», dijo. No era para menos: al menos el gas de dos bombonas de butano había explotado en la vivienda de su hermana. Conforme fue conociendo los detalles de lo que parecía un crimen machista, la mujer llegó a afirmar a los vecinos: «Alguien que tenga alma no puede hacer esto».

Esa sensación de incredulidad echó a la calle a decenas de vecinos, prácticamente todos, del pequeño barrio de Camiño Pousadouro. Al lugar fueron llegando familiares de las víctimas y cundió la preocupación también por el hijo de los fallecidos. Las primeras informaciones, incluso las oficiales, apuntaban a que las dos víctimas eran menores. El origen estaba en la desaparición del niño de 8 años.

Cuando se supo que los dos fallecidos eran el matrimonio que formaban Emilio y María José, al desconsuelo se agregó una sensación colectiva de alarma, porque el niño no aparecía. Se llegó a temer que se hubiese quedado en algún lugar fatal. La explosión de las bombonas de butano había sido en torno a las ocho y media y hasta dos horas después no se supo que el chaval se encontraba en buen estado, en casa de los abuelos paternos.

Fue un alivio. Solo momentáneo. Porque nada podía contener el estupor del barrio. María José era una persona ampliamente conocida. Era empleada de Pescanova, igual que lo había sido su madre. En los últimos tiempos peleó contra un cáncer de mama. Era hija de un sastre de Chapela. Los dos hijos de un matrimonio anterior ya son mayores. Su hija Lucía, que vive en Canarias, la había hecho abuela. El otro hijo, Joshua, vive en el entorno. La madre de la fallecida también.

Por tanto, la tragedia conmociona a cuatro generaciones. La mujer fue reconocida en la ambulancia por los profesionales sanitarios. Avanzada la noche, los allegados de las víctimas se reunieron en una casa con miembros del gobierno municipal de Redondela. El alcalde, Javier Bas, se acercó al lugar y expresó su consternación. También lo hizo el concejal de Seguridad de Vigo, Carlos López Font, responsable de los bomberos que acudieron a la vivienda tras la explosión de gas y que tuvieron que asegurar la zona.