El Celta ya no está suscrito al gol

x. r. castro / lorena g. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

BENITO ORDOÑEZ

Los vigueses llevan dos partidos en blanco después de marcar en 16 jornadas consecutivos

25 nov 2014 . Actualizado a las 10:40 h.

De 100 a 0 en dos jornadas. Después de 16 encuentros consecutivos marcando, quedando a las puertas de igualar su mejor racha histórica, el Celta se ha quedado en blanco en las dos últimas contiendas. Desde que Larrivey levantara los brazos para celebrar el histórico tanto del triunfo en el Camp Nou, los vigueses se han quedado sin pólvora y acumulan 215 minutos sin marcar. Como consecuencia, han frenado su espectacular arranque de Liga con un punto de los últimos seis posibles.

Para buscar una explicación, más allá del infortunio, podría pensarse en que los rivales comienzan a conocer la peculiar puesta en escena de los vigueses o un punto de cansancio al acumular ya casi cinco meses de trabajo encima, pero los números no apuntan en esa dirección y niegan un cambio sustancial del caudal ofensivo céltico con respecto a la época de bonanza.

Frente al Granada, el primero sin marcar desde el pasado mes de marzo, los célticos transmitieron la sensación de crear poco peligro, pero efectuaron 17 disparos y cinco de ellos fueron entre los tres palos de la portería de Roberto, uno más, por ejemplo, que los ejecutados ante el Deportivo, en donde los vigueses tiraron cuatro y metieron dos.

El caso de Vallecas aún es más diáfano, porque el equipo de Berizzo finalizó en la línea de fondo 17 jugadas y cinco de esos balones encontraron el camino de la portería, dos a los palos y otros tres desviados por el portero, sin contar la clarísima ocasión de Krohn-Dehli. Frente a esta derrota disparando más que el rival, aparece la victoria del Camp Nou o el empate de San Mamés. Porque al Barça el Celta aún fue capaz de hacerle cuatro disparos entre palos, pero con el Athletic, el único tiro que fue a portería se convirtió en gol, lo que confirma que la diferencia está en la efectividad. «Hemos tenido algunas ocasiones bastante claras pero el balón no ha querido entrar», se lamentaba Fontás.

En este partido, la tropa de Berizzo provocó nueve córneres, pero tampoco era el día de la estrategia, de hecho, Cabral cabeceó al palo. Curiosamente, en la derrota frente al Villarreal tampoco habían servido de nada los once botados. Por contra, sí que dieron resultado ante el Deportivo con el gol del triunfo de Larrivey. Los 13 del derbi son el tope vigente hasta el momento.

La diferencia tampoco aparece en la posesión, una batalla que el Celta ha ganado también en las dos últimas contiendas, con un 53,4 % en Vallecas, un dato atípico teniendo en cuenta la querencia rayista por el balón, y un 64 % ante el Granada.

El único punto de luz que arrojan los números puede estar en el acierto de sus delanteros, ya que Orellana marcó en los tres primeros partidos de Liga y desde el 13 de septiembre tiene parada su producción, aunque a cambio ha aportado otras cosas.

En el caso de Nolito, su quinto y último gol data del 18 de octubre, cuando firmó el empate en Bilbao. Larrivey, el pichichi con siete, anotó el último tanto celeste en Barcelona.

Casualidad o no, la sequía céltica ha llegado ante dos de sus particulares bestias. Los equipos de Caparrós se le atragantan de un modo sistemático al Celta en Balaídos, de hecho, de nueve visitas, el triunfo solo fue local en dos ocasiones. Y lo del Rayo ya es un expediente equis, tanto, que los vigueses han estado marcado de un modo sistemático en todos los campos desde que el pasado mes de abril se quedaron en barbecho en Vallecas. Siete meses después, se frenó la racha en el mismo escenario.

El partido del próximo sábado (22 horas) ante el Éibar será la prueba definitiva. Si los celeste siguen generando juego de ataque y oportunidades, además de goles, todo quedará en anécdota, pero un tercer partido consecutivo en blanco ante otro rival por la permanencia podría llevar a la preocupación.