Stephen Hawking come ostras en A Pedra

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez VIGO / LA VOZ

VIGO

El científico inglés visita Vigo durante una escala del «Independence of the seas»

11 oct 2014 . Actualizado a las 23:29 h.

Doce ostras y un rape con boletus. Ese fue el menú del visitante más ilustre que se recuerda en el mercado de A Pedra. El científico británico Stephen Hawking dejó atónitas hoy a cientos de personas que se lo cruzaron en Vigo. No daban crédito. El autor de Breve historia del tiempo iba por la zona portuaria en su silla de ruedas, acompañado de familiares y asistentes, y comió en un restaurante de A Pedra como un turista más.

La visita sorpresa se debió a que Hawking dio una conferencia hace días en Tenerife y decidió volver a casa en el crucero Independence of the seas. La escala viguesa camino de Southampton le brindó la oportunidad de irse de excursión. A los miembros de seguridad de la Autoridad Portuaria no les quedó claro si se dirigía hasta A Toxa o a Santiago, en un minibús que lo recogió a las diez de la mañana. Lo seguro es que no ha sido la primera vez que visita Galicia, ya que participó en un congreso en la capital compostelana en el 2008. «Por mi restaurante han pasado muchos famosos, pero esto ya tiene otra dimensión», explicaba ayer Víctor Cuña, dueño de La Espuela.

Stephen Hawking comió en la terraza del local situado en pleno corazón del Casco Vello. Y quiso hacer lo típico de cualquier turista que llega a Vigo: comer ostras. «Probó una docena, que fueron las que pidió. Al ver cómo las abría y cómo las preparaba, quiso que me dijeran que tenía mucha destreza. Después también me hicieron saber que había dicho: ‘Todo está muy rico’», recordaba el hostelero a media tarde, mientras el trasatlántico enfilaba ya las islas Cíes. Además de los moluscos, el hombre que padece una enfermedad relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde los 21 años y que asombró al mundo descubriendo la radiación de los agujeros negros, comió un exquisito rape con setas. El restaurante vigués lo preparó con una salsa y molido, a gusto del equipo médico que sigue a todas partes al físico nacido en Oxford hace 72 años.

El paso de Hawking por A Pedra duró un par de horas, aproximadamente. Hasta las ostreras del famoso mercado aprovecharon para sacar sus teléfonos móviles y hacerle fotos al famoso personaje. El personal del restaurante La Espuela tampoco pudo resistir la tentación y, tras una respetuosa petición, el físico de Oxford accedió a posar con ellos y otros trabajadores de la zona para inmortalizar la sobremesa. «Lo peor de todo esto es ver que la gente puede llegar a ser maleducada y agobiar, sobre todo teniendo en cuenta que este hombre necesita algo de intimidad para que le den de comer», explicaba la vendedora de una tienda.

Lo que le quedó muy claro a los testigos de la visita fue que «manda él». Para Víctor Cuña será un encuentro inolvidable, entre otras cosas porque llegó al restaurante de repente, sin reservar mesa. «Es asombroso cómo habla con los ojos. Impresiona», rememoraba.