Cheques-comida

Enrique V. Pita

VIGO

18 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La idea de abrir los comedores escolares a los niños de Vigo en verano para que no pasen hambre podría ser mejorada. Por ejemplo, el Concello o la Xunta podrían entregar un fajo de cheques-comida a cada niño para que coma un menú diario en el bar que elija y por un precio de 8 euros. El encargado luego cargaría la cuenta a la Administración. La idea de los talonarios no es nueva, pues la usan las empresas para que los empleados que viajan puedan pagarse la comida en cualquier lugar. Casi todos los restaurantes los admiten como forma de pago. Un sistema de libre elección serviría para asegurarse que ningún niño quedase desnutrido y no haría necesario abrir los colegios durante el verano.

El sistema de chequera también podría aplicarse para otras obras sociales como los comedores de beneficencia o los bancos de alimentos o de ropa de Vigo. Quienes son socorridos por estas instituciones caritativas deben esperar una larga cola, y hay horarios y menú fijos. Muchos vienen de la clase media defenestrada y para estos nuevos pobres supone un estigma pelar una naranja en un comedor social. En cambio, en un bar nadie se daría cuenta de su precaria situación. ¿No sería más justo que la Administración le diese a cada necesitado su talonario de cheques-menú con un presupuesto fijo para que lo gastase en el restaurante de su elección a la hora que él quisiese? ¿O si comprase los alimentos en el supermercado de su barrio o la ropa en la tienda de su gusto? El sistema dinamizaría el consumo porque los bares notarían un aumento de la clientela.

Algo parecido propuso Milton Friedman para los escolares de Nueva Orleans damnificados por el huracán Katrina, para que tuviesen la libertad de elegir el colegio. La solución muy criticada por la escritora Naomi Klein en La doctrina del shock porque inducía a la privatización escolar. En tiempos de crisis, quizás funcione.

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