Un ciudadano chino salió con un cuchillo a la calle durante tres días para buscar a la persona que le vendió el teléfono
05 mar 2012 . Actualizado a las 21:34 h.Las estafas en el paraíso de las falsificaciones pueden acabar en tragedia. Fue lo que ocurrió en la ciudad china de Zhengzhou, en un país en el que la pasión por la tecnología ha llegado a sus extremos y donde muchos han decidido sacar provecho de esta situación.
Si antes eran las imitaciones en firmas de ropa, ahora le toca el turno a los productos de Apple con el iPhone a la cabeza. El pasado 25 de febrero, Feng, un ciudadano chino de 29 años estaba mirando en un escaparate varios teléfonos cuando un vendedor ambulante se le acercó para ofrecerle un iPhone. Una vez realizadas varias comprobaciones de autenticidad, acordaron el precio de 2.000 yuanes (240 euros) y el vendedor le entregó el móvil en una caja nueva. Cuando la abrió, Feng se dio cuenta que había sido víctima de una estafa, y el iPhone que tenía en sus manos no era más que una mera falsificación.
Cualquier persona se habría sentido molesta y enfadada, y como mucho habría acudido a la comisaría de Policía más cercana a interponer una denuncia. O simplemente lo habría dejado pasar. Pero Feng decidió tomarse la justicia por su mano. Con un cuchillo de cocina salió a la calle en busca de su vendedor. No lo encontró, pero se dio de bruces con un grupo que estaba tratando de timar a un joven con la misma táctica que habían empleado con el minutos antes y consiguió frustrar la estafa. Pero quería más.
Durante tres días salió a la calle armado con el cuchillo y con la intención de localizar a su vendedor. No lo encontró y el destino quiso que se volviera a encontrar con el mismo grupo de hace unos días. Comenzaron a discutir, a forcejear, y en medio de la vorágine Feng apuñaló a uno de ellos en el abdomen y en el pecho y a otro en las piernas.
En el balance final de los hechos: un muerto por hemorragia, un herido en el hospital y un detenido con un falso iPhone.