El Deportivo, ante otra final que se juega en Riazor

L. Balado

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Como ya sucedió en otras grandes citas frente a Espanyol, Real Sociedad, Valencia o Murcia, el equipo coruñés vuelve a afrontar un partido a vida o muerte frente a su afición

07 jun 2019 . Actualizado a las 09:39 h.

De pocas cosas abusa tanto el fútbol como del término final. «Este partido es una final». Pueden restar dos meses de competición y la frase ya comienza a brotar. Finales hay pocas. Normalmente, una. En ocasiones, tras los 90 minutos espera una copa que levantar. En otras no. La de Riazor de este sábado es de las segundas. Una más de las que ha vivido el público coruñés. Con todo tipo de desenlaces.

Las grandes victorias

El Espanyol en la memoria. Pocos equipos han dejado recuerdos tan dulces para el Deportivo como los catalanes. Ante ellos se logró la ansiada Liga en el último partido de campeonato. El empate llegaba a los coruñeses pero en el ambiente más espectacular de los que se recuerdan, el Deportivo ganó con solvencia y fue campeón. También frente a los pericos se obtuvo la segunda Supercopa, aunque en aquella ocasión la afición no llenó el estadio.

Fuego ante el Murcia. Un Riazor a rebosar -que vio como la grada de Preferencia era pasto de las llamas- fue el recibimiento al Murcia en la última jornada de Liga de la 1990-91. El rival llegaba en posiciones de ascenso. Los de Arsenio eran terceros y solo una victoria les devolvería a la élite 19 años después. Stoja, con dos goles, volvió a incendiar la grada. Esta vez en su totalidad.

Vicente, sobre la bocina. El Deportivo amenazó a su público durante más de noventa minutos con el fantasma de la Segunda B a finales de mayo del 1988. El filial del Athletic perdía, el Hércules perdía y un gol servía a los coruñeses para salvarse. Pero el portero del Racing de Santander se ganaba la internacionalidad aquella tarde. Hasta el 92 que apareció Vicente, algunos dicen que en fuera de juego, para hacer historia blanquiazul.

Ascenso de Beci de cabeza. El primer Deportivo de Arsenio, que cogió al equipo a mitad del curso 1970-71 relevando a Roque Olsen, le birló el ascenso al Rayo con un gol de Beci de cabeza en la última jornada de Liga en casa.

El dolor de la derrota

El Valencia y la Real. Son los duelos a cara de perro más recientes. Y no pudieron salir peor. En la temporada 2010-11 el equipo dependía de si mismo. Una victoria frente a un Valencia que no se jugaba nada aseguraba la permanencia. El Dépor, que dispuso de infinidad de ocasiones, no pudo batir a César.El Mallorca pinchó y bastaba un empate, pero el equipo de Lotina descendió con récord de puntos frente a su gente.

Dos años más tarde se repitió la historia, pero en aquella ocasión llegó una Real Sociedad que necesitaba ganar para entrar en Champions. Riazor fue testigo de como su equipo descendía mientras en Vigo, el Celta celebraba una permanencia imposible

Djukic y los once metros. Última jornada y el Deportivo dependía de sí mismo para ser campeón. Condena desde los once metros y primera pesadilla valencianista. Djukic por Bebeto y González levantando el brazo. El gran trauma y el peor recuerdo de más de 100 años de historia.

Un Tenerife de Primera. Tras un empate a cero en la ida, Riazor decidía la promoción del curso 1989-90. Los de Arsenio no pudieron con el Tenerife que gracias a un gol de Eduardo Ramos pudo mantenerse en Primera condenando al Deportivo.

Venganza franjirroja. Uno de los episodios más dolorosos a los que el Deportivo ha sometido a su público. El Rayo Vallecano llegó a Riazor en la última fecha de la 1982-83 sin jugarse nada. Una victoria daba al Dépor el ascenso a primera. Cayeron los coruñeses por 1-2 y, aunque el Mallorca también perdió, el golaveraje particular fue decisivo.

La visita del Celta en la temporada 2016-17, el último lleno registrado en casa

El Deportivo busca llenar Riazor para empujar al equipo en el decisivo partido ante el Córdoba. El club ha congelado el precio de las entradas en busca de una respuesta al llamamiento a la afición que José Luis Martí hizo tras el punto logrado en Elche.

Esta temporada, el municipal coruñés solo superó en una ocasión los 20.000 aficionados en la grada y, aunque se espera una gran afluencia de espectadores, será complicado colgar el cartel de no hay billetes.

La última vez que se consiguió fue ante el Celta en la temporada 2016-17. Ha sido el único lleno absoluto del estadio en las últimas cinco temporadas.