Ida y vuelta sin dueño

josé m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

La medallista olímpica Sofía Toro hizo el saque de honor.
La medallista olímpica Sofía Toro hizo el saque de honor. M. marras< / span>

Al Dépor, a merced del Getafe durante buena parte de primer tiempo, le faltó el fuelle de su debut liguero y la fe de Mestalla para poner en apuros a su rival en la reanudación

02 sep 2012 . Actualizado a las 20:36 h.

A José Luis Oltra no le gusta cambiar lo que funciona. Por tercera jornada consecutiva, el técnico deportivista confió en el mismo once, en el grupo de jugadores que le dio la victoria en su reencuentro con la Primera División y el que porfió por el empate en Valencia. Incluso los cambios guardaron una perfecta similitud con los realizados en el debut frente al Osasuna: Nelson, Camuñas y André Santos. Le faltó el fuelle del estreno y la fe de Mestalla.

Un delantero en forma y el gol de Fran

Atraviesa su mejor momento desde que llegó a A Coruña. Con confianza y seguridad en todo lo que hace, Riki acaparó todo el juego ofensivo del Dépor en el primer tiempo. Abrió el marcador, en una jugada de estrategia que recordó a los veteranos las maniobras de Fran. Envió su milimétrico y potente lanzamiento lejos del alcance de Moyá. Después del empate del Getafe, el delantero madrileño volvió a ser la única preocupación de Alexis y Lopo, un incordio, por movilidad y búsqueda del remate.

Frenazo tras el impulso inicial

Un partido sin dueño. El Dépor golpeó antes, en su segunda incursión en el área rival todo se le puso de cara. Pero ahí pareció desaparecer el impulso inicial. Como si estuviera todo hecho, el equipo de Oltra perdió el dominio del juego, el mando del partido. Reaccionó el Getafe, apropiándose de un choque de ida y vuelta, en la que el veneno llevaba el nombre de Colunga, Pedro León y Barreda. En ese casi imperceptible alambre en el que se mueve la zaga del blanquiazul esta temporada salió bien librado de cuatro contras. Hasta que en un grave error de entendimiento entre los dos centrales, que acudieron a la vez para tapar a Colunga, el Getafe se encontró con el gol. Un grave error al que el delantero asturiano acompañó de un toque sutil para dejar a Barrada solo ante Aranzubia. El Dépor sufría por los costados, pero encajó por el centro.

Velocidad sin mando

No mejoró el Dépor en el tramo final de la primera parte, pero al menos recuperó el tono competitivo. Dio la cara, aunque con poco mando. A lomos de las incursiones esporádicas de Pizzi, Bruno y Riki, equilibró un partido que tenía muy mala pinta.

Míchel, la sombra del canario

A Valerón le cuesta más desenvolver en Primera que en Segunda. Juega con una marcha menos, con una parsimonia que le sirve cuando se encuentra con el balón, pero que ayuda poco cuando hay que defender. De cualquier forma, de su chistera brotó el mayor peligro local en la segunda parte, en un par de minutos de acoso a la portería de Moyá.

Más agresividad defensiva

Un choque sin dueño, con idas y vueltas que acabaron por dejar sin fuelle a sus protagonistas. El Dépor no dominó durante el segundo tiempo, pero al menos dejó de sufrir, con una zaga más atenta y agresiva que en el inicio. Paró las contras del Getafe, aunque tampoco disfrutó de muchas ocasiones para sumar tres puntos.

Pitidos para los exdeportivistas

Riazor acompañó con música de viento a los exdeportivistas. A Lafita como símbolo de un Zaragoza escasamente elegante. A Lopo, de forma quizá más sorprendente, ya que el central catalán fue vital para el Dépor en sus años de estancia en A Coruña e incontestable su su entrega. Alcanzó un acuerdo con el club coruñés en plena temporada y en vísperas de que Espanyol y Dépor se enfrentaran en una eliminatoria copera. Luis García, poco hábil, le brindó a la grada la oportunidad de dedicar una pitada a Juan Rodríguez, el tercer exdeportivistas de la noche.