«Gran Hermano VIP»: Belen Esteban, ganadora del reality

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La audiencia ha coronado a la princesa del pueblo de nuevo y la de San Blas se lleva el maletín con los 100.000 euros

27 mar 2015 . Actualizado a las 19:16 h.

Belén Esteban: ganadora de Gran Hermano VIP. La princesa del pueblo se coronó como ganadora del reality (con un 67 % de los votos) en una gala larga y en la que Mediaset optó por trasladar al plató a las dos finalistas: Aguasantas y Belén Esteban y analizar todas las polémicas de la casa allí. «Este premio se lo dedico a mi Andrea, a mi padre y a Sálvame y quiero donarlo». Belén Esteban anunció que donará el premio a cuatro instituciones benéficas. 

La receta de Gran Hermano VIP es sencilla. Todos la conocemos. Mezclar y agitar. Siguiendo este manual de instrucciones básicas, Telecinco encerró en su terrenito de la sierra madrileña a quince personalidades de aúpa, quince rostros conocidos de la sobremesa televisiva, algún que otro habitual de los realities más recientes y viejas glorias de la farándula mediática. El resultado de este cóctel explosivo fue una sucesión continua de enfrentamientos dialécticos y faltas de respeto a tutiplén que los espectadores se han tragado, desde el primer día hasta el penúltimo, ávidos de más carnaza, de más tensión, de miserias personales y trapos sucios, regalándole al grupo de Vasile gloriosos datos de audiencia.

Por si te has perdido algo de Gran Hermano VIP, te recordamos cuáles han sido las principales polémicas que han protagonizado los tres concursantes que han logrado llegar hasta el último programa de esta edición.

Belén Esteban

Si hay un nombre con gancho en este Gran Hermano VIP es, sin duda, el de Belén Esteban, todo un icono de un considerable segmento de la población española. Desde que en 1998 su cara y su nombre aparecieron por primera vez en las portadas de las revistas del corazón tras hacerse pública, primero, su relación con Jesulín de Ubrique y su matenidad después, Belén se convirtió en símbolo del coraje, de la clase media-baja, de la mujer de barrio. Diecesiete años después, con un dilatado historial de novios, jarana, adicciones y apariciones televisivas a sus espaldas, la de San Blas es una colaboradora habitual de los platós, la niña mimada de Telecinco y la mujer más querida por el grueso de la audiencia. Una auténtica princesa del pueblo.

Al persuadirla para entrar en Gran Hermano VIP, Telecinco jugó con destreza sus cartas. En el mismo pack metió a Olvido Hormigos, aquella concejala de Los Yébenes que se hizo famosa después de que se difundiese aquel vídeo erótico que destapó sus continuas infidelidades a su marido. Ambas féminas llegaron a Guadalix arrastrando trifulcas pasadas. Su relación generó chispas desde el primer momento, sin embargo, sus reacciones ante tal cortocircuito fueron muy dispares. Belén optó por no controlar ni una pizca su carácter desbocado, ese que, a fin de cuentas, le hace ser quien es, mientras que Olvido prefirió encajar los golpes recluyéndose, tras comprobar que con el enfrentamiento directo poco había que rascar. 

El de Olvido y Belén se convirtió en el primer combate de Gran Hermano VIP. A la de San Blas la secundaron aquellos primeros días su esbirro más fiel, Víctor Sandoval, su inseparable Ylenia, e incluso Ares Teixidó, quien a día de hoy viste la camiseta del equipo contrario. La exconcejala de Los Yébenes se anuló en el concurso, concentró sus esfuerzos en pasar desapercibida y, finalmente, el público la echó. Tras salir por la puerta y aterrizar en el pató, Belén le confesó, cámara mediante, lo feliz que le había hecho la noticia de su expulsión. Y aquí empezó el declive del fervor belenista.

A pesar de estar más que acomodada en la final de Gran Hermano VIP y de contar con muchas papeletas para hacerse con el maletín, el camino no ha sido de rosas para Belén estos últimos meses. La colaboradora de Sálvame, acostumbrada a los halagos y a los ronroneos, ha visto cómo su fama ha ido desinflándose con cada nueva gresca que protagonizaba ante las cámaras y cómo, cada vez que Jordi conectaba en directo la casa con el plató, el público rompía en sonoros pitos y silvidos si se le ocurría tomar la palabra. Las redes incluso denunciaron un mal disimulado tongo para que ganase la de San Blas. ¿Cómo pasó Belén Esteban de liderar el cotarro a ser abucheada a la mínima de cambio?

La agarrada más sonada entre Belén Esteban y Olvido Hormigos sucedió el día en el que esta última, en el rol de señora como requisito de una de las pruebas del concurso, se regocijó con descaro en su papel y la llamó sin reparos «criada». Despertó a la bestia. La de San Blas, ni corta ni perezosa, le contestó: «Anda, tómate una copita de champán, que se te da muy bien». «Tómate tú otra cosita», le espetó Olvido, en referencia a pasadas adicciones de Belén, que se puso histérica y, desde ese mismo instante, sentenció para siempre a la de los Yébenes.

Aunque sus encontronzados con Olvido Hormigos han sido lo más relevante de su paso por el concurso -incluso tuvo que someterse a un inesperado e improvisado juicio el pasado jueves en el que salió condenada culpable de acosar a su rival y fomentar un complot de toda la casa contra ella- lo cierto es que batalla que se libraba en Guadalix, batalla en la que estaba presente Belén Esteban. A esto se suma que, durante unas nominaciones, no fue del todo fiel a las normas del concurso. La de San Blas le chivó a su íntima Ylenia y al torero la mecánica secreta de unas nominaciones que se salieron de la dinámica habitual. Cuando Telecinco detectó la irregularidad, paralizó las votaciones y obligó a los concursantes a volver a nominar. Repitieron las votaciones, pero, ingenuamente, creyeron que la dirección habría sancionado directamente a la de San Blas colocándola en la palestra. Pero no. Ella nada dijo. Y con ese golpe maestro, Belén Esteban consiguió, una semana más, salir ilesa de las designaciones.

Una de las discusiones más enraizadas que protagonizaron Belén y Olvido sucedió después de que Kiko Rivera opinase que las mujeres que se acuestan con otros hombres teniendo maridos «son unas putas». Belén se rió. Y Olvido reaccionó como un resorte: «Ahora no nos sube el azúcar, eh». Se refería la exconcejala a la conocida enferemedad sufre la de San Blas desde hace años y que le provoca bajones continuados en su rutina diaria. Ni a Belén Esteban ni a los espectadores les gustó cómo Olvido recurrió en ese momento a una importante dolencia. Belén se hubiese convertido en heroína de los diabéticos si días más tarde no hubiese fingido descaradamente una bajada de azúcar para escuchar los cuchicheos de sus compañeras

A los pocos días de echar a andar, Gran Hermano VIP expulsó de forma disciplinaria a los Chunguitos por unos desafortunados comentarios en relación al color de piel de Coman y a la condición sexual de los hijos. Llamar al concursante de raza negra «gorila» y confesar que prefieren un hijo deforme a uno gay le supuso al dúo rumbero un polémico autoempujón hacia la puerta de salida. La intransigente postura de la organización brilló sin embargo por su ausencia durante un episodio similar que tuvo como protagonista a Víctor Sandoval, el lacayo por excelencia de la de San Blas. El exmarido de Nacho Polo no se cortó ni un pelo en decir, con millones de telespectadores atentos a sus palabras, que los gitanos eran unos maltratadores. Gran Hermano VIP pasó por alto sus palabras, como también hizo oídos sordos a la consideración más machista de esta edición del concurso, apostillada por la progresista Belén Esteban: «Mientras haya mujeres en esta casa no pienso dejar que un hombre coja la fregona». Y tan ancha se quedó la madre coraje.

Coman

La primera polémica en la se vio envuelto Coman fue en la de Los Chunguitos antes citada. Después, el exconcursante de Adán y Eva, que apareció en Guadalix con un halo enigmático, con discursos místicos y creyéndose una persona sumamente especial, se posicionó de forma arriesgada del lado de la concursante más repudiada, Olvido Hormigos. Fue su gran apoyo durante días largos y vacíos, y cuando Ylenia decidió que el chico era su peor enemigo, la de los Yébenes sacó las uñas por su fiel aliado. Los juzgados de Gran Hermano VIP trataron la semana pasada tres casos más que el Belén Esteban. Uno de ellos implicaba a Coman. La chica de Gandía Shore le acusaba de «falsedad máxima». Y el público lo declaró culpable. 

Sobre Coman pesan dos denuncias: la de estratega y la de hipócrita. Él mismo reconoció que tenía un secreto plan para ganar el cocurso, «el plan Mowgli», una maniobra que, sin embargo, depachó una buena tarde apelando a la esperanza del pueblo, a la búsqueda de la suerte. Tras una escandalosa riña con Ylenia hace unas semanas, lo único que ha hecho este concursante es arrimarse con destreza a otras dos mujeres de la casa, primero a Chari y ahora a Aguasantas.

Aguasantas

La única polémica por la que se ha visto salpicada la que entró en Gran Hermano VIP siendo la exnuera de Raquel Bollo y saldrá este jueves como un nombre en sí mismo, despojado ya de tal apelativo, tuvo que ver con unos desafortunados comentarios de Víctor Sandoval, recurriendo a su raza gitana para burlarse de ella. Esto mismo, que se haya mantenido ajena a cualquier tipo de follón, es justo su mayor problema. La falta de obstáculos es su principal obstáculo. Al menos, así quedó claro cuando, durante la campaña electoral que se libró el pasado domingo en la casa, Ylenia destacó que nunca se mojaba por nadie como argumento base para descalificarla. Tres días antes, Chari alzaba la voz para exponer otra pega de Aguasantas: su falta de lealtad con ella.