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En una «smart city», un contenedor de basura podrá enviar un tuit

Sofía Vázquez
Sofía vázquez MADRID / ENVIADA ESPECIAL

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Vodafone muestra sus avances en el Business Experience Center con el objetivo de ganar cuentas de grandes clientes, incluidas las Administraciones públicas

21 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una ciudad del entorno de los 200.000 habitantes puede tener las características como para ser una smart city en la que los contenedores de basura llevasen un chip que fuese transmitiendo con un simple tuit información al Ayuntamiento sobre su capacidad de almacenaje. ¿Que tiene que ir el camión de la basura para hacer el vaciado? Que vaya. ¿Todavía dispone de capacidad para recibir más desechos? Que no vaya, con lo que se ahorra tiempo y gasolina y se gana eficiencia. En esta smart city interconectada, el alumbrado público también podría estar gestionado a través de un chip, cuyas baterías tuviesen una capacidad de duración muy prolongada.

Pongamos 10 años, por ejemplo, un período que en un espacio de tiempo corto será realidad. Si una farola falla, los funcionarios del servicio público irían a realizar la reparación. Si se quiere iluminar con mayor o menor intensidad una zona concreta, solo tendrán que manipular el interruptor adecuado en un aparato tecnológico de última generación. Los habitantes de esa supuesta localidad llegan a ser ellos mismos los mejores sensores, dando su opinión y sus quejas a los políticos sobre lo que en el municipio funciona bien, mal o regular. Así se explicó ayer en una visita guiada al Business Experience Center de Vodafone, compañía cuya intención es ganar cuentas de grandes clientes, incluidas las Administraciones públicas, lo cual, según se explicó, no siempre es fácil pese a que haya que concurrir a concursos públicos. «Responsables de todas las compañías del Ibex han pasado por aquí, por estas instalaciones», explicaron César Cid, director de Corporate, y Enrique Martín, responsable del propio centro tecnológico.

Dentro de este espacio -en él que la realidad virtual prácticamente se puede tocar- todo está medido para que las empresas sean capaces de ver su futuro en un mundo donde conocer los datos de sus clientes les va a posicionar frente a sus competidores. Solo basta con colocar unos cuantos chips en una entidad bancaria para saber quién es el cliente que está entrando por la puerta, cuánto consume al mes y qué tipo de música le gusta. Toda esa información vale dinero y por lo tanto repercute en la cuenta de resultados. Encima de una mesa también había sensores que colocados debajo de las cepas emiten datos claves para saber lo que necesita el cultivo.