El último neandertal vivió en Cova Eirós

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Mila Méndez / Nacho L.Tella

La Xunta blindará el entorno para evitar que la actividad en la zona lo dañe

14 ene 2017 . Actualizado a las 12:43 h.

«Os arqueólogos tenden a pensar que o seu xacemento é único», reconocía ayer el profesor de la USC Ramón Fábregas. Sin embargo, este lo es. Es uno de los 20 yacimientos españoles en el que se ha documentado la existencia de neandertales y sapiens. En él ha aparecido el objeto de adorno más antiguo de Galicia, un colgante hecho con un diente de zorro que tiene 26.000 años. Y en él se han datado muestras de arte parietal de 10.000 años. Es la Atapuerca gallega

Ese yacimiento único que se está estudiando bajo la dirección de Fábregas y de Arturo de Lombera, es Cova Eirós, una sima de Triacastela en la que se han encontrado trazas de la presencia humana desde los últimos años de los neandertales hasta las comunidades campesinas altomedievales (del siglo XI), pasando por grupos cazadores del Paleolítico superior y los primeros agricultores del neolítico. Y aquí vivieron los últimos neandertales que habitaron el norte de la Península. «Cova Eirós é un sitio bastante extraordinario», no solo por tener documentada esa transición entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos, sino que hay una historia de utilizaciones posteriores de la gruta, que es «un libro complexo, con varios volumes, unha enciclopedia sobre a historia máis antiga de Galicia», decía Fábregas en la presentación de los resultados de las excavaciones del último bienio.

Cova Eirós ha salvaguardado durante miles de años las pruebas de cómo vivían los neandertales: sus herramientas, las evidencias de la caza y del aprovechamiento de los animales e incluso una de las pocas hogueras que se conocen del Paleolítico medio. También ha ofrecido pruebas de las innovaciones tecnológicas y estrategias de subsistencia que llegaron con los humanos modernos, y sobre todo pruebas de las preocupaciones más allá de las de la vida diaria: el colgante hecho con un canino de zorro, «un fito dende o punto de vista da creación artística do humano moderno» al que se suman también las decoraciones de una punta de proyectil.

Álvaro Ballesteros

Sin embargo, lo que le ha dado fama a la cueva es la aparición de arte parietal. Algunos de los paneles ya se han datado en los últimos momentos del Paleolítico superior. «A cronoloxía absoluta apunta a que algúns destes paneis se remontan a máis de 10.000 anos de antigüidade», lo que la convierte en el arte parietal «máis antiga do noso país». En las próximas campañas, adelantó el director científico de la excavación, seguirán profundizando en el uso de la fotogrametría, no solo para documentar los hallazgos, sino para que «a xente comprenda mellor a disposición dos gravados e das pinturas e as características da cova».

Las grandes líneas de investigación que se seguirán en el futuro pasan por continuar documentando de la manera más exhaustiva posible el arte parietal y también por evaluar el estado de conservación y las medidas precisas para garantizar que el yacimiento sea preservado. «Se cando menos aturou o paso do tempo durante máis de 10.000 anos é importante establecer as garantías necesarias para a preservación desa arte».

Protección garantizada

«En certas ocasións tense dito que a Cova de Eirós estaba desprotexida, e creo que é unha información se non errónea non certa de todo», subrayó el conselleiro de Educación y Cultura, Román Rodríguez que definió el yacimiento como «o noso particular museo da creación rupestre». Porque, según explicó el responsable autonómico, «Cova de Eirós, como todo lugar que conteña unha manifestación de arte rupestre, é BIC (Ben de Interese Cultural) por definición» según la Lei de Patrimonio. La Xunta está trabajando en la delimitación del ámbito territorial «para acotar o espazo que merece ser conservado». La delimitación, además, posibilita que se compatibilicen diferentes usos en el entorno partiendo siempre del «respecto e todo o que ten que ver coa conservación do ben».