Proponen ampliar a 300 kilómetros la distancia para obtener la compostela

Ignacio Carballo González
i. carballo SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Cuánto hay que andar para conseguir la Compostela
Alexia López

La Fraternidad del Camino dice que los 100 actuales favorecen la «hipermasificación»

17 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 35 % de los 237.900 peregrinos que obtuvieron la compostela el año pasado iniciaron su recorrido a la distancia de 100 kilómetros de la catedral de Santiago, la mínima para obtener la credencial que expide la Iglesia. Para la Fraternidad Internacional del Camino, esto contribuye a la «hipermasificación» de los últimos tramos de la Ruta, en especial de la francesa, lo que da lugar a disputas por las plazas de los albergues, «abusos del sector hostelero y picarescas de todo tipo», se desvirtúa el espíritu del Camino y causa «un daño irreparable a su imagen universal, así como sufrimiento innecesario al peregrino de largo recorrido».

José Antonio de la Riera, portavoz de la Fraternidad, afirma que «para muchos peregrinos del mundo el Camino Francés no empieza, sino que termina en Sarria», debido a los problemas de masificación que se producen a partir de ese punto, a poco más de 100 kilómetros de Santiago, y que conllevan «el riesgo de matar la gallina de los huevos de oro».

En bicicleta, 500 kilómetros

Para paliar este problema, esta organización acordó, en la asamblea que celebró el pasado fin de semana en Tui, presentar a la Catedral, a la Administración y a instituciones responsables del Camino la petición de que se amplíe de 100 a 300 kilómetros la distancia mínima que da derecho a obtener la compostela por peregrinar a pie, y de 200 a 500 en bicicleta o a caballo.

Por aproximación a los 300 kilómetros, por motivos históricos y por disponer de buenas comunicaciones y servicios, esta organización que reúne a expertos en la peregrinación jacobea propone que se señalen como puntos de partida las ciudades de León (Camino Francés), Oviedo (Camino Primitivo), Avilés (Camino del Norte), Zamora (Vía de la Plata) y Oporto y Coimbra (Camino Portugués). En el caso del Camino Inglés, los peregrinos tendrían que acreditar que arribaron a los puertos de A Coruña y Ferrol por mar, toda vez que estos se ubican a menos de los 300 kilómetros sugeridos.

La elección de esta distancia tiene el argumento histórico de que es la aproximada que separa Oviedo de Santiago, el primer itinerario de peregrinación, por el que llegó Alfonso II el Casto a venerar los restos del Apóstol. También responde a la nueva ruta de la Meseta, el Camino Francés, creado cuando la capital del reino se trasladó a León.

De la Riera expresa la convicción de los expertos de que ampliar las distancias mínimas, además de relajar la presión sobre los últimos kilómetros del Camino, beneficiaría a otras zonas de Galicia, así como a las comunidades autónomas vecinas y a Portugal. «Reducir el Camino a 100 kilómetros excluye a gran parte de Galicia», precisa.

La Fraternidad explica que la peregrinación tradicional ha sido siempre «un fenómeno de largo recorrido y no una romería local» como las que conducen a los santuarios. Ignorar este hecho lleva, según la organización que preside Carmen Pugliese, a perder el respeto por la «formulación cristiana y espiritual, así como por los valores del esfuerzo, de la solidaridad entre peregrinos o por los procesos de reflexión y crecimientos personales».

El Cabildo lo rechaza

Incluso con esta base de contenido espiritual, la propuesta de la Fraternidad no convence al Cabildo de la Catedral de Santiago, encargado de expedir la compostela. Su deán y responsable de la Oficina de Acogida al Peregrino, Segundo Pérez, considera que no hay motivos que justifiquen la ampliación de las distancias mínimas y reduce los problemas de masificación en los últimos tramos del Camino Francés a «unos días de julio y agosto». Además, vaticina que la reciente declaración de las rutas del Norte como Patrimonio de la Humanidad contribuirá a diversificar la peregrinación.

Por su parte, la Administración turística gallega ha eludido pronunciarse aduciendo que se trata de una competencia de la Iglesia.