El joven se vacunó antes de regresar a Guinea para visitar a su familia
29 oct 2015 . Actualizado a las 12:05 h.Ousmane Barry, nacido el 25 de enero de 1991, llegó a A Coruña el lunes procedente de su país, Guinea Conakry, para conocer a sus dos mellizos, una niña y un niño, que nacieron en el Teresa Herrera hace unos quince días.
El paciente que se encuentra ingresado en una planta del Meixoeiro vivió durante unos dos años en un piso de la calle Javier López López, antigua Oleoducto, en la zona del Castrillón. Lo hacía en una habitación que la inquilina de la casa le tenía alquilada.
Hace algo más de un año Ousmane Barry conoció a su actual pareja, «una joven de nacionalidad argentina», según fuentes próximas al joven. Y tras unos meses conociéndose, «la pareja decidió vivir juntos, y hace apenas un año abandonó el piso de la calle Javier López López, para irse a residir en la zona del Agra, también en A Coruña.
El paciente decidió viajar a su país para visitar a los familiares que tiene allí, «porque hacía ya mucho tiempo que no los veía y los echaba mucho de menos», contaron las mismas fuentes.
Varios amigos y compañeros, e incluso su casera, «le recomendaran que no viajase. Le dijeron que en su país estaba la cosa muy mal y, sobre todo, que podía contagiarse de alguna enfermedad. Le hablaron incluso del ébola», manifestaron estas mismas fuentes. Pero Ousmane Barry no dio marcha atrás. Y viajó a Guinea Conakry, «pero lo hizo después de vacunarse según el protocolo existente para viajar a esos países», subrayaron.
El paciente se puso en contacto con sus conocidos hace unos quince días para informarle de que había sido padre, «y lo contó con mucha alegría y que tenía ganas de venirse para conocer a sus pequeños», informaron. Y así lo hizo, cogiendo un avión con destino a Lisboa, desde allí un autobús para viajar a Vigo y en el mismo medio de transporte llegó a A Coruña.
Varios de sus antiguos vecinos de la calle Javier López López señalaron que Ousmane Barry «era un gran muchacho, muy buena persona. Hablaba con todos y con mucha educación», comentaron.
También dijeron del paciente ingresado ahora en el Hospital Meixoeiro que era «un gran deportista». De hecho, frecuentaba las instalaciones deportivas que la Xunta tiene en Elviña. «Coincidía mucho con él y estaba muy bien cuidado físicamente», dijo un antiguo vecino.
Una confusión sobre el país de origen demoró la activación del protocolo
La gestión de la sospecha de ébola fue puesta ayer en tela de juicio por la presidenta de la junta de personal del Chuac, María Seijo, quien señaló que «temos dudas sobre si houbo un retraso de un par de horas na activación do protocolo». Según señaló, una confusión sobre el origen del paciente, Guinea Conakry o Guinea Bissau, pudo estar detrás de cierta demora: «A primeira que o atendeu é a enfermeira de triaxe, que xa consultou a oportunidade de activalo pero esperouse a confirmar a procedencia; quizá non se tiña que haber esperado», indicó. Por contra, el sindicato Omega aseguró que «en cuanto se sospechó que podía ser ébola, se puso en marcha todo el protocolo. ¿Que hay cierta confusión al principio?, normal. ¿Que todo se puede mejorar?, pues seguro, pero no hay nada que alegar. La población debe estar informada, pero no alarmada porque no hay nada que decir de la actuación en las Urgencias del hospital», subrayó Marina Tallón, también médica del servicio del Chuac.
Por su parte, el portavoz de Sanidade rechazó retrasos. Hervada aseguró que el paciente llegó al Chuac a las 15.00 horas, se le atendió a las 15.30 y a los quince minutos se activó el protocolo. Subrayó también que, así como no se había identificado a las personas que compartieron viaje con el enfermo desde Lisboa, una vez en el Chuac se puso en marcha el aislamiento de familia y luego los trabajadores, y se identificó también a los pacientes con los que coincidió en la sala de espera para su seguimiento.