La Xunta abre la puerta a un cambio en la norma que prohíbe los deberes

E. eiroa / M. cheda A CORUÑA, SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Xoán A. Soler

Feijoo apunta que se puede modificar la orden en el desarrollo de la reforma educativa

31 may 2013 . Actualizado a las 20:57 h.

La orden del 22 de julio de 1997 que prohíbe los deberes en educación primaria podría sufrir modificaciones durante el desarrollo autonómico de la Lomce.

Así lo dijo ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, exponiendo la versión del Gobierno gallego tras la polémica creada en el Isidro Parga Pondal, de Oleiros, un colegio en el que un padre consiguió que se aplicase la norma a rajatabla y desaparecieran los trabajos extraescolares. Otro grupo de progenitores recogen firmas ahora para permitir que sus hijos lleven a casa tareas.

«Co espírito da nova lei de esforzo, de maior implicación na colectividade educativa, considerando como colectividade non só aos profesores, senón tamén aos pais, pois, como é natural, se é necesario concretar ou detallar con maior concreción esta norma do 97, se pode facer» durante el proceso de implantación de la nueva ley de educación recientemente aprobada, dijo Feijoo.

El presidente recordó que actualmente están prohibidas las tareas hasta los siete años y que desde esa edad hasta los doce puede haberlas ocasionalmente. «Eu, dende logo, si coñezo a rapaces de esa idade que, cando os vou visitar, están estudando, porque teñen que preparar exames, en consecuencia supoño que, cando estudan e preparan exames, é que teñen deberes», dijo el presidente, quien en todo caso apela al «espírito amplo, flexible e inclusivo» de la directriz del año 97.

«Estou convencido de que os profesores saben o que fan no seu cumprimento e tamén no coñecemento específico de cada alumno no momento de concretar as actividades extraescolares», abundó Feijoo en una velada apelación al uso del sentido común.

Fue la Inspección, a instancias de un padre, la que obligó a eliminar, pese a las críticas de varios progenitores, todos los deberes a los niños del colegio oleirense.

Debate en la puerta del centro

Los ánimos estaban más calmados ayer a la puerta del Isidro Parga Pondal, de Oleiros, aunque entre los padres que esperaban allí a sus hijos el debate estaba lejos de desvanecerse.

«A los cuatro años los niños son muy pequeños, que jueguen», decía una madre de acuerdo con la prohibición. «Desde primero de primaria, si el niño tiene alguna dificultad, que le manden algo a casa», respondía inmediatamente otra -padres había pocos-, «pero que no me lo carguen», aportaba una tercera.

Otra progenitora, con tres hijos en el Parga Pondal, aseguraba que en su caso los pequeños nunca habían llevado cargas de tareas excesivas a casa. «Esto es una estupidez», zanjaba sobre el debate y sobre la petición de la eliminación de los ejercicios fuera de horario escolar.

«Si un profesor ve dificultades en un alumno me parecería mal que no enviara nada», dice una más. Otra explica que ella misma propone cosas a los suyos para hacer en su domicilio y no ve inconvenientes, manden o no desde el centro.

«El mayor hizo deberes toda la vida y no pasó nada, no tuvo ningún problema, no veo a qué viene todo esto», apunta otra en la puerta. A las dos los niños empezaban a salir ajenos a la polémica. Tuvieron un simulacro de incendio por la mañana. Esos ejercicios sí les gustan.