Felix Baumgartner logra superar la barrera del sonido en caída libre

redacción / la voz / agencias

SOCIEDAD

El piloto austríaco pulverizó tres de los cuatro récords a los que aspiraba

15 oct 2012 . Actualizado a las 11:44 h.

Felix Baumgartner batió ayer, al tercer intento, tres de los cuatro récords a los que aspiraba. El austríaco se convirtió así en el primer ser humano que consigue romper la barrera del sonido al lanzarse desde la estratosfera, a una altura de 39.068 metros en caída libre. Lo hizo después de una ascensión de dos horas y treinta y seis minutos sobre el desierto de Roswell (Estados Unidos) en un globo de helio que transportó la nave en la que viajaba este aventurero de 43 años.

Baumgartner logró controlar el descenso de forma estable -lo que evitó la pérdida de la consciencia o que sufriese una hemorragia cerebral-, y superó tres de sus cuatro retos al alcanzar una altura inédita, la caída libre más alta y superar la barrera del sonido, aunque por solo unos segundos no consiguió batir la marca del descenso de mayor duración.

En poco más de quince minutos Baumgartner tomó tierra con el paracaídas que desplegó pasados cuatro minutos desde que se abrió la escotilla de la nave, no sin antes asegurarse de que era el primero en superar la barrera del sonido, al alcanzar una velocidad de 1.173 kilómetros por hora en su caída desde la estratosfera.

«Más difícil de lo esperado»

«Ha sido más difícil de lo que todos nos esperábamos», declaró Baumgartner nada más tomar tierra. «Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido», agregó el protagonista del salto estratosférico, que subrayó la diferente perspectiva que se tiene desde 39 kilómetros de altura: «Estás deshidratado, estás cansado. Ahí arriba es un mundo distinto, el cuerpo reacciona de forma diferente».

Baumgartner pulverizó de lejos el récord de su antecesor, el excoronel del Ejército americano Joe Kittinger, que hace 52 años se lanzó desde un globo a 31.333 metros de altura. Kittinger, que ahora tiene 82 años, apoyó ayer a Baumgartner en su ascenso a la estratosfera desde la sala de control con la que el austríaco permaneció en contacto durante todo el viaje. Una experiencia que fue seguida por millones de personas por Internet gracias al circuito de cámaras colocadas dentro y fuera de la cápsula.