Un incómodo compañero de baño

CATERINA DEVESA PUENTE

SOCIEDAD

JOSE MANUEL CASAL

Las playas de alta ocupación en Galicia registran una media de nueve picaduras de escarapote por semana. Zambullirse con marea alta reduce el riesgo

29 ago 2012 . Actualizado a las 14:33 h.

Trachinus draco es el nombre científico del pez araña, conocido como faneca brava en el sur de Galicia y escarapote en el norte. Este animal es el enemigo número uno de los bañistas en los meses de verano. Las playas de alta ocupación gallegas registran una media de 9,1 picaduras de faneca brava por semana, tomando como referencia los datos del Concello de Vigo facilitados por Carlos Vales, coordinador de los servicios de Salvamento y Socorrismo de la localidad. En los ocho arenales urbanos de Vigo se registraron este verano 587 picaduras de escarapote durante ocho semanas, lo que arroja la media de 9,1. Las cifras se pueden extrapolar a cualquier playa gallegoa con alta afluencia de bañistas.

Para reducir el riesgo de pisar este pez existen una serie de recomendaciones. En primer lugar hay que tener claro que el único método completamente eficaz es utilizar las denominadas fanequeras, aunque existen otros trucos.

La probabilidad de pisar un Trachinus draco se reduce con marea alta. En principio, los escarapotes se entierran en la zona intermareal (entre la bajamar y la pleamar). El bañista debe atravesar esa franja inevitablemente, pero pronto dejará de hacer pie y empezará a nadar, minizando así el riesgo. Sin embargo, cuando la marea está baja desaparece la franja intermareal y las fanecas retroceden hasta la llamada zona submareal. Las posibilidades de sufrir una picadura aumentan ya que hay que caminar mucho más hasta dejar de hacer pie por el bajo nivel del agua.

Otra manera de evitar a los escarapotes es arrastrar los pies por la arena al meterse en el agua, en lugar de ir caminando. «Muchos socorristas utilizan este truco para evitar pisarlos», afirma Jorge de los Bueis, oceanógrafo y coautor del blog Vigías, de La Voz de Galicia. «La picadura de escarapote es pasiva porque el pez no tiene intención de atacar, somos nosotros los que lo pisamos y él se defiende», explica De los Bueis.

Si finalmente se pisa uno de estos peces, el animal inyectará su ponzoña causando un dolor agudo. Todos los venenos tienen una base proteica que se debe desnaturalizar para reducir el malestar. Para eso existen dos tratamientos. El primero consiste en variar la temperatura de la zona del cuerpo afectada, generalmente el pie. Se debe sumergir en un cubo de agua caliente durante 25 minutos. El segundo método consiste en modificar la sensibilidad del PH aplicando amoníaco. Actualmente se pueden adquirir en el mercado fármacos que contienen esta sustancia.

Si una vez realizada la cura el dolor no ha disminuido, o incluso ha aumentado, se recomienda acudir de inmediato a un centro sanitario.