Ocho jóvenes conviven tutelados para aprender cómo emanciparse

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Jesica Pombo (izquierda) y la educadora Laura Iglesias, en la vivienda de San Lázaro.
Jesica Pombo (izquierda) y la educadora Laura Iglesias, en la vivienda de San Lázaro. xoán a. soler< / span>

De 45 participantes en el programa Mentor desde el 2010, lo consiguieron 21

07 oct 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

En una vivienda del barrio de San Lázaro conviven hasta 8 jóvenes, tutelados permanentemente por educadores, con el objetivo de que aprendan a emanciparse. Participan en el programa Mentor, del Fondo Social Europeo y la Xunta, que lo financian con el 80 % y el 20 %, respectivamente. Tienen en común la falta de apoyo familiar, por diversas circunstancias, y otras características que favorecen que sean seleccionados por personal técnico autonómico, de la ahora Consellería de Políticas Sociais.

La oenegé Instituto Galego de Xestión para o Terceiro Sector (Igaxes 3) lo gestiona. Afirma que entre el 2010 y el primer semestre del 2015 participaron 45 jóvenes. Casi la mitad, 21, consiguieron emanciparse: 12 con empleo y 9 sin empleo. Otros 13 se beneficiaron de reunificaciones familiares, 6 se trasladaron a otro centro, 2 iniciaron estudios universitarios, 1 fue para un acogimiento familiar; y otros 2 para otras situaciones.

«O obxectivo é tutelar á mocidade dos 16 aos 21 anos, e poden prorrogar, de o precisaren, até os 25 anos. O máis habitual é que aos 18 ou 19 anos xa pensen na emancipación», explica Sergio Vázquez, educador del programa. Él permanece en la vivienda 8 horas diarias, de lunes a viernes. Dos profesionales más -titulados en Educación Social, Pedagogía, o ambas- se reparten las 16 restantes horas del día. El sábado y domingo está un único educador, de forma permanente.

Entre ese personal especializado de tutela está el mejor alumnado del máster que organizan Igaxes3 y la USC, a quienes les contratan unos meses. Es el caso, ahora mismo, de Laura Iglesias.

Laura y Sergio sostienen que se implican mucho «e establecemos vínculos cos participantes. Se alguén fracasa, tamén é un fracaso do noso traballo», valora Sergio.

La vivienda de San Lázaro suele tener ocupadas todas las plazas. Así fue el semestre pasado. Este mes comenzaron 4 usuarios, aunque en Igaxes3 prevén que en pocas semanas vuelva a tener las 8 plazas completas.

De esos cuatro participantes, tres son menores de edad: uno estudia cuarto de ESO; otro un ciclo de FP de Artes Gráficas; y otro un curso de Cocina en la Asociación de Hostelería. Con ellos convive Jesica Pombo, la única mayor, de 18 años, quien llegó a la vivienda hace 8 meses.

Estudiar y trabajar

«Vivía acogida con unos tíos, en una aldea donde no podía estudiar, y funcionarios de la Xunta me ofrecieron la posibilidad de participar en este programa. Vivir aquí es una oportunidad muy grande, aprendes mucho. Lo más difícil es encontrar trabajo. Conseguí un empleo de dos horas, por las mañanas, en un establecimiento hostelero. Por la tarde estudio peluquería, cuatro horas», explica Jesica.

La vida en común comienza por la mañana, para preparar el desayuno y compartir las tareas domésticas. Cada joven hace su vida durante el día, estudian y/o trabajan, o les enseñan cómo buscar trabajo. Tienen un período de tiempo libre por las tardes, hasta las 21.00. A las 22.00 cenan, y las 23.00 es su hora de acostarse.

«Para hacer la comida, la limpieza y demás tareas de la casa nos turnamos», explica Jesica. Su idea es «permanecer aquí hasta el verano próximo, para acabar peluquería». En los meses que faltan hasta entonces también se propone «asistir a un curso de fotografía y a clases de baile», agrega.

En otras localidades gallegas, el Mentor ofrece viviendas de autonomía más avanzada, sin educadores, para mayores de edad.

«O obxectivo é tutelar á mocidade dos 16 aos 21 anos, e poden prorrogar, de o precisaren, até os 25»

Sergio Vázquez