Malestar por el cierre del Museo Ferrocarrilero, cuyas locomotoras se deterioran

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

La imagen, del verano pasado, muestra dos de las máquinas que se deterioran en Padrón.
La imagen, del verano pasado, muestra dos de las máquinas que se deterioran en Padrón. cedida< / span>

Una de las condiciones del convenio de cesión de las máquinas obligaba a la Fundación Cela a mantenerlas en buen estado

26 feb 2015 . Actualizado a las 12:02 h.

Malestar y enfado en Padrón por el cierre del Museo Ferrocarrilero John Trulock, que se ubica en la última de las casas de Fundación Camilo José Cela de Iria-Flavia. Muchos vecinos lamentan la decisión adoptada por el patronato de la fundación en diciembre de 2012, que no trascendió hasta ahora a través de una moción del grupo independiente que se debate en el pleno de esta tarde.

El patronato decidió cerrar el Museo Ferrocarrilero para primar las visitas al resto de las instalaciones de la fundación, según explicó la Consellería de Cultura. No obstante, son muchos lo que dicen que «non se entende» dicha decisión, una vez que el museo forma parte de las propias instalaciones y porque, además, destaca por albergar piezas únicas que dan fe de la que fue la primera línea férrea de Galicia.

A mayores preocupa el estado de conservación de esas piezas, pese a que Cultura informó de que el estado de las colecciones es «correcto». No sucede lo mismo con las cuatro locomotoras que tiene la fundación cedidas para su exposición, como la mítica Sarita, la Sestao o dos máquinas más.

Unas fotografías tomadas en el mes de agosto pasado evidencian el estado de oxidación de las locomotoras, en parte por las condiciones meteorológicas y en parte por la falta de mantenimiento y quizás también por el abandono de años.

Una lona tapa la Sarita que se expone en un jardín de la fundación visible desde la carretera N-550. No es para menos. Al igual que el resto, está llena de óxido, como lo están otros elementos que están en los jardines de la fundación, como un depósito de agua original que está junto con la Sestao en una zona en la que se simula una estación.

Ya en el año 2010, el entonces gerente de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles estuvo en Iria para comprobar el estado de conservación de las locomotoras y del resto de material que el organismo cedió para su exposición en el museo padronés (en total 63 piezas).

El entonces alcalde Camilo Forján recordó que una de las condiciones del convenio de cesión era que la Fundación Cela debía conservar en condiciones óptimas las locomotoras, pero está claro que no fue así.