El Banco do Pobre se pasó una década sin futuro y ahora sufre la inacción de la Policía y Raxoi

La Voz

SANTIAGO

25 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de las viviendas de San Ignacio de Loyola, en el entorno del Clínico y conocidas popularmente como el Banco do Pobre es, si cabe, más sangrante. Los propietarios de estos treinta pisos estuvieron diez años amenazados de desalojo porque la nueva facultad se iba a levantar sobre sus terrenos. En ese tiempo fueron muchos los vecinos que desistieron de hacer inversiones en los modestos edificios, y ahora ya hay trece casas cerradas, casi la mitad. El pasado verano, tras el indulto de la piqueta, asumieron por fin el arreglo de los tejados y la pintura exterior con una derrama de cien euros mensuales.

Jesusa Raposo, la vecina más veterana, dice que el problema ahora es otro: «O Concello non nos fai nin caso». Mientras habla señala el evidente descuido de las zonas verdes, los nefastos accesos para las ambulancias y el caos de coches mal aparcados propiciado por las carencias del cercano hospital. Pero hay más. A la vista de cualquiera está el trapicheo de drogas, otra espada de Damocles que padecen sin que los responsables de la seguridad ciudadana reaccionen.