El alquiler de la cafetería del centro social padronés conlleva cargas de más de 12.000 euros

padrón / la voz

PADRÓN

20 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La persona que trabaja la cafetería del centro social de Padrón desde su apertura en el año 1992, Antonio Espiñeira, quiso aclarar ayer que el alquiler «simbólico» de cerca de 200 euros que paga al año por la concesión del Concello tiene detrás una serie de «cargas» y que suman, en total, unos 12.500 euros al año, según sus datos.

Entre esas cargas, Antonio Espiñeira apunta el servicio de limpieza no solo de la cafetería sino de todo el centro social, desde las oficinas municipales al auditorio, que paga de su bolsillo. Destaca, especialmente, el coste de mantener adecentados los baños, que son públicos. Entre personal y productos de limpieza para el edificio, abona en torno a 8.000 euros al año.

Se refiere, además, a la labor de conserje que realiza, con dedicación «las 24 horas del día», abriendo y cerrando el centro social cuando se le requiere y, además, haciéndose cargo del equipo de megafonía, en este caso su hijo. Internet, teléfono, recibo de la basura o prensa diaria son otros de los gastos con los que corre, además de la limpieza de cristales de todo el edificio y de una limpieza general del auditorio por año.

«Preferiría pagar 10.000 euros al año de alquiler que tener todas estas cargas», asegura Espiñeira. «Es lamentable que crean que solo abono 120 euros de alquiler, cuando no es así». Lo dice en alusión a la cifra dada por el Partido Galeguista Demócrata, que propone que el Concello saque una nueva concesión de la cafetería. Espiñeira afirma que el horario está limitado por el Concello y que los precios de venta son más bajos que en otros negocios. «En este momento, esta cafetería no es nada rentable», asegura, y recuerda que, cuando se inauguró el centro social, «nadie quería la concesión de la cafetería».

También explica que todo el personal que trabaja en la cafetería o la limpieza del centro social (él, su mujer, su hijo, un camarero y una limpiadora» está dentro de la ley, y que «no compro nada sin factura».