Los pinchazos de cooperativas dejan a los socios en la estacada

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

En A Muíña falló el préstamo bancario y en A Pulleira los promotores

15 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las cooperativas residenciales entraron en barrena con la crisis y la conflictividad se ha adueñado de algunas de las últimas operaciones emprendidas. Los dos casos más controvertidos y polémicos son los de A Muíña y A Pulleira, con interconexiones, un raro modus operandi por parte de los gestores y un golpe doloroso para los cooperativistas que pusieron sus ilusiones y su dinero en proyectos fallidos. Al menos momentáneamente.

En A Muíña y en A Pulleira ha estado la misma empresa gestora y algún otro operador técnico. En la primera se inició la obra y en Amio no llegó a ponerse la primera piedra. La promoción de San Lázaro se inició con todos los trámites y el compromiso financiero del BBVA, que estuvo en todo momento con el proyecto y financió en sus primeros gastos a los socios de la cooperativa. Lo aportado por estos sumó seis millones de euros, en torno a 70.000 euros de media per cápita.

Todo era una vía previa para el sustancioso préstamo del BBVA a la operación. Entretanto se fueron realizando diligencias como el registro, la reurbanización, el reparto de terrenos entre la cooperativa y la promoción adyacente, etcétera. Se invirtió un tiempo excesivo y precioso en algunos de los anteriores trámites, con la crisis entrando de puntillas, y el crédito del banco se fue al garete.

Por suerte para la cooperativa, que le enseñó la puerta a la gestora Xestunor, la mayoría de los socios permaneció en su puesto, la ocupación es del 80 % y queda un 20 % de la edificación en el aire. Pero los promotores estiman que la venta de esos pisos que restan se hará fácilmente cuando la operación esté en marcha como esperan que ocurra.

Por lo de pronto, y desde hace un par de años, el esqueleto de una edificación delata una operación fallida. O no: «Esta cooperativa tiene que salir, por la ocupación que hay y las aportaciones que hicimos», resalta Alberto Maceiras, portavoz de los socios afectados. De hecho, y a la espera de que el BBVA cumpla su compromiso, los promotores ya tienen un preacuerdo con una nueva gestora. Lo que sí aguardan es que Xunta y Concello se aperciban del problema.