Pardo achaca a la propietaria la demora de la licencia de un local

santiago / la voz

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La comerciante de la tienda Grial recibe numerosas muestras de apoyo popular tras dar a conocer su caso

04 feb 2014 . Actualizado a las 13:24 h.

La concesión de la licencia de apertura del establecimiento comercial de San Miguel cuya propietaria denunciaba este fin de semana las trabas con que durante años se ha encontrado en la Administración municipal ha tenido muchas dificultades. Así lo asumía ayer la concejala de Urbanismo, María Pardo, quien no obstante afirma que parte de ellas radican en que «esta persona no ha hecho los trámites en tiempo y forma».

El caso que ha llevado a esta pequeña empresaria a plantarse ante la burocracia del Concello arranca hace ocho años, cuando el BNG gestionaba la Oficina del Casco Histórico, dice Pardo, quien defiende que desde que ella asumió la concejalía esta es «más ágil y rápida», pero también advierte que «para eso los particulares tienen que hacer también sus trámites». Y cuando no sea así «yo voy a seguir exigiéndolos» porque «no por pedirlo en un periódico me lo voy a saltar y se lo voy a dar para que se calle».

La edila afirma que «todo lo que se ha hecho en relación a esa licencia» por parte de su departamento «está bien hecho» y lamenta los gastos o perjuicios que esto le pueda causar a esta particular, pero «si tiene un local tiene que cumplir la ley, ella, el de al lado, el de arriba y el de abajo».

Apoyo popular

La decisión de la comerciante de hacer pública su situación puede que no le arregle demasiadas cosas, pero al menos ha sentido el aliento de cientos de ciudadanos que se han solidarizado con su caso. En tan solo 24 horas cuadruplicó el número de firmas recogidas en el portal change.org, y ayer por la tarde superaba las 1.200 rúbricas digitales.

El caso de Isabel también tuvo una gran repercusión en las redes sociales y generó decenas de comentarios ciudadanos, la mayoría mostrando su apoyo a una situación «que es una buena muestra del poco interés de los políticos por los pequeños negocios», según uno de los vecinos que participó en el debate. «¡Vergonzoso!» fue otro de los calificativos recurrentes.