Arzúa habilita una pista para evitar que se cruce el puente dañado a Santiso

arzúa / la voz

SANTIAGO

Hace ocho meses, el puente quedó cortado al paso de vehículos.
Hace ocho meses, el puente quedó cortado al paso de vehículos.

La alternativa viaria, entre los núcleos de San Román y Vilantime, se va a asfaltar este mes

05 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Está lejos de ser la solución idónea por las restricciones viarias que tiene, pero sí es al menos una alternativa mucho más segura que circular a la altura de A Regada por la carretera que une el casco urbano de Arzúa con la parroquia de Visantoña, en Santiso. El gobierno arzuano adjudicó esta semana los trabajos de asfaltado de la pista que discurre desde O Muíño do Fervedoiro, en San Román, hasta la iglesia parroquial de Vilantime.

El coste de las obras ronda los 34.000 euros y los trabajos comenzarán, siempre que el tiempo acompañe, la semana entrante, con la previsión de que finalicen este mes.

La actuación viaria ha sido impulsada para, en la medida de los posible, disuadir a los vecinos de seguir utilizando la carretera entre Arzúa y Santiso, donde los usuarios del vial han burlado la señalización y los obstáculos que impedían el acceso al puente de A Regada, cuyos daños provocados por un temporal obligaron a cerrar al tráfico rodado la carretera hace ya ocho meses. Evitar, por tanto, las situaciones de peligro es lo que se persigue ofreciendo un alternativa que supone «unha lixeira mellora á situación, pero non unha solución perfecta porque non a todo o mundo lle vén ben», apunta el alcalde de Arzúa, José Luis García López (BNG).

En efecto, la pista de San Román a Vilantime es eso, una vía con un ancho que no alcanza para mucho más que para el tránsito de turismos y, a lo sumo, de maquinaria agrícola. Su asfaltado se planificó teniendo en consideración los trabajos de campo que centran la actividad en las explotaciones agroganaderas, inmersas en las labores de ensilado del maíz. Y en la zona son numerosos los vecinos que residen en Arzúa y tienen fincas en Santiso y viceversa, por lo que deben cruzar con vehículos pesados el puente dañado para acceder a sus propiedades.

La búsqueda de soluciones puntuales y el riesgo que asumen los vecinos al circular sin seguridad alguna por la estructura son consecuencia, de algún modo, de los continuos retrasos que ha ido acumulando la reparación de la estructura. El último hizo ayer justo un mes, cuando se firmó el convenio entre la Consellería de Medio Rural y los concellos de Arzúa y Santiso, en los que nada se sabe sobre los plazos previstos para la licitación de las obras, un trámite que corresponde a la Xunta.