La urbanización de Os Tilos y Anxeriz, fiascos del Plan E

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

El asfaltado de ambas calles, remodeladas en el 2009, está destrozado

20 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las obras más importantes llevadas a cabo en las zonas urbanas de Ames y Teo con cargo a los fondos del Plan E, habilitados en los años 2009 y 2010 para paliar la crisis del sector de la construcción, supusieron una inversión de casi 500.000 euros en Os Tilos (Teo) y el doble en la calle Anxeriz, en Milladoiro.

Pese a la abultada inversión de ambos proyectos, el deterioro del asfalto y del adoquinado es una realidad que a diario sufren conductores y vecinos. En el caso teense, el grupo socialista anunció ayer que pedirá en el próximo pleno la comparecencia del concejal de Urbanismo, Rafael Sisto, para que informe de lo ocurrido y también «sobre as probas que se fixeron na rúa do Castiñeiro para a comprobación dos materiais empregados e se a execución se realizou conforme ao proxecto».

Las denuncias sobre el mal estado de la remodelación de la calle Castiñeiro no son nuevas, ya que siempre fueron un caballo de batalla planteado por el Partido Popular contra una obra ejecutada en el primer mandato de Martiño Noriega. Pero con el paso del tiempo, el deterioro ha ido a más, pese a que, tal y como reconoce el propio Concello, mantienen contactos con la empresa constructora para que subsane las deficiencias. El problema está en que los trabajos están certificados por la dirección de la obra, lo que limita la posibilidad de presentar reclamaciones y recuperar el aval de la constructora, que en el caso de Teo supone poco más de veinte mil euros.

El mismo problema lo tiene el Ayuntamiento de Ames con la polémica remodelación de la calle Anxeriz. Esta obra se ejecutó en dos fases, con un coste superior al millón de euros, ya que al asfaltado de la carretera y ampliación de aceras se unió la instalación de contenedores subterráneos y la plantación de árboles.

A diferencia del proyecto de Os Tilos, que durante las obras no generó rechazo vecinal, la intervención en la céntrica calle de Milladoiro ya trajo de cabeza al anterior ejecutivo socialista. Y al actual (PP) le ha tocado asumir el mal estado de la carretera, que no es de asfalto, sino de adoquín.