Los hosteleros eran alertados de las mediciones de ruidos

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El gobierno local contratará una empresa para acabar con las filtraciones

01 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La responsable política del departamento de Urbanismo, María Pardo, ha decidido cortar de raíz las filtraciones que dejaban sin efecto los controles de niveles de ruido que venía haciendo el Concello en establecimientos hosteleros nocturnos previa denuncia de terceras personas afectadas. Pardo y, también la concejala María Castelao, explicaron que el acuerdo de la Xunta de Goberno de contratar una empresa externa para hacer estos controles está motivado por el hecho de que los hosteleros eran avisados previamente a la realización de los controles y porque, además, las mediciones se hacían varios días después de la denuncia y en horas «poco adecuadas».

La Xunta de Goberno de ayer aprobó el inicio del trámite para la contratación de una empresa especializada en la medición de ruidos. El contrato, que será por un año, tendrá un coste de algo más de 8.200 euros. La empresa realizará una media de tres controles al mes que, según la edila de Urbanismo, serán suficientes, ya que «son pocos los hosteleros que incumplen la normativa». Si fueran necesarias más mediciones se fijará un precio máximo por ellas. Pardo indicó que la empresa que asuma el contrato tendrá que realizar las mediciones a cualquier hora del día e inmediatamente después de recibirse la denuncia. El objetivo es que los controles sean realmente «efectivos», ya que «si se avisa» no tiene efectividad. Por tanto, además de acabar con las filtraciones que dejan invalidados los controles, también se pretende actuar con agilidad.

La concejala de Urbanismo explicó que el equipo de gobierno es inflexible con los temas de seguridad en los locales de ocio y también lo será en materia de ruido, que pone en riesgo el descanso de las personas. Pardo aseguró que las mediciones realizadas por el anterior gobierno y las «pocas» que se hicieron en este período, no sirvieron para nada, ya que los hosteleros eran avisados previamente. Insistió en que, en la mayoría de los casos, la hostelería de Santiago tiene un comportamiento ejemplar y apuntó que solo se trata de un puñado de casos.

Según el procedimiento relatado, algunos controles fueron encargados a una empresa privada (que cobra en torno a 300 euros por medición) y que acudía a realizar el control varios días después. La empresa notificaba al Concello el día y la hora a la que iba a acudir y lo habitual era que la hora del control fuera temprana, por lo que «no había ni ruido ni gente».

La edila explicó que el día en el que se realizaba el control no se reproducía el mismo escenario de la jornada de la denuncia y, además, el hostelero estaba enterado. Después se intentó realizar estos controles con la policía local. De hecho, el Concello compró un sonómetro para realizar las mediciones, pero también resultó un fracaso, por las horas en las que podían hacerse y porque las filtraciones a los hosteleros no cesaron.