La fecha de consumo preferente, una cuestión casi de estética

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los expertos recuerdan que solo la caducidad indica peligro para la salud

18 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si uno abre un brick de leche y ve que el líquido es ligeramente parduzco, rápidamente vaciará el envase en el fregadero. Sin embargo, lo más seguro es que el alimento esté en perfecto estado, y lo único que ocurre es que las bacterias del interior hayan dejado ese color a base de consumir lactosa. Este ejemplo gráfico lo pone Alfonso Pérez, responsable del departamento de Tecnología Alimentaria del Aula de Productos Lácteos de la Universidade de Santiago, y con él explica que «muchas veces los fabricantes marcan la fecha de consumo preferente de un alimento por una cuestión estética». Otra cosa, señala el experto, es la caducidad: «Esa fecha indica que el producto puede ser peligroso para la salud». ¿Es lo mismo? De ninguna manera.

Está el caso del yogur. Este alimento debe tener por ley 10 millones de bacterias lácticas por gramo, y al cabo de los 28 días puede que ya muchas de esas bacterias estén «atontadas» o muertas. Teniendo en cuenta que suelen salir de fábrica con 1.000 millones de bacterias por gramo, es posible que estén perfectos durante semanas; incluso aunque fuesen menos las bacterias existentes, el yogur es perfectamente aceptable, aunque no tenga tanto efecto beneficioso. Por cierto, se sabe que un yogur no está fresco cuando tiene mucho suero e incluso se despega de las paredes del envase: hay mucha bacteria inservible.

La teoría del yogur animó al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, a anunciar que su departamento -en colaboración con Sanidad- reformará dentro de unas semanas los criterios de fechas en el envasado de los productos. Y es que el 60 % de los españoles tira un alimento cuando pasa su fecha de consumo preferente, pensando que es la de caducidad y que puede resultar peligroso para su salud.

Gran Bretaña ya está trabajando para que el envasado haga referencia solo a la salud, a la vez que empezó una campaña para enseñar al consumidor a comprar. Es lo que quiere hacer el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz, para quien es fundamental que el usuario ajuste la compra a sus necesidades y se fije en todo el etiquetado de los productos. Una vez en el estante, y si pone fecha de caducidad, esta debe ser respetada escrupulosamente; la de consumo preferente debe combinarse con el sentido común.