La banda de ladrones de casas, al banquillo el próximo febrero

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Cinco de los siete detenidos por la Guardia Civil evitaron el ingreso en prisión provisional y están en libertad con cargos

30 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Juzgado de lo Penal número dos de Pontevedra ha reservado dos fechas de mediados del mes de febrero para sentar en el banquillo de los acusados a los que la Guardia Civil y la Fiscalía considera responsables de la oleada de robos en viviendas que registró la provincia hace tres años. De hecho, se trata de un grupo muy activo que se ha reorganizado tras sucesivos golpes policiales, el ultimo de los cuales ha tenido lugar hace escasos días.

Al menos, tres de las once personas que tendrán que personarse en la sala de vistas de A Parda han sido nuevamente arrestadas en este última investigación, bautizada como operación Calisto. Entre ellas está Y. G. G., una vecina del poblado de O Vao (Poio) de 34 años que, a la vista de las informaciones aportadas por el instituto armado y el ministerio público, habría ascendido en el escalafón en estos tres años. Así, si en el 2013 se la relacionó con, al menos, un robo en una vivienda de Caldas de Reis, así como se considera que, junto con su hija, era la responsable de deshacerse de los botines en establecimientos de compraventa de oro, en la actualidad estaba considerada como «la principal dinamizadora del grupo».

Esta vecina de Poio fue madre muy joven. Con apenas 13 años dio a luz a S. J. G., que en la actualidad tiene 21 y, a decir de las fuentes policiales consultadas, es la mano derecha de su madre. De hecho, será otra de las personas que ocupen el banquillo de los acusados en febrero, ya que, al igual que en el 2013, la Guardia Civil la detuvo estos días, si bien quedó en libertad tras prestar declaración en la Comandancia.

El tercero de los nombres que sirve de nexo entre ambos grupos desarticulados por la Guardia Civil es M. A. G. M., de 38 años y con domicilio en el lugar de Postemirón, en Vilaboa. Tanto estos tres encausados como los ocho restantes se enfrentan a penas que se mueven en un arco que va de los dos años y seis meses de prisión a los seis años de cárcel, toda vez que se les relaciona con veintidós robos o hurtos en viviendas de distintos municipios en el rural de Pontevedra, Poio, Ponte Caldelas o Salvaterra, entre otros concellos.

Desde la Guardia Civil confirmaron que, de estos tres solo Y. G. G. ha ingresado en el centro penitenciario de A Lama. De hecho, y aunque se les relaciona con otros cuarenta desvalijamientos de domicilios, cinco de los siete arrestados en la operación Calisto se encuentran en libertad con cargos, si bien está previsto que tengan que declarar ante el juez en breve.