«Las emociones son reales, no son una entelequia inmaterial»

Carlos Pereiro PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMÓN LEIRO

El profesor, que hoy estará en Los Sauces, define la educación emocional como la gran asignatura pendiente

01 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alumnos de Los Sauces tendrán hoy la oportunidad única de escuchar a Rafael Bisquerra, uno de los mayores expertos en educación emocional a nivel internacional, además de director del posgrado en educación emocional de la Universidad de Barcelona. Las emociones, su vida.

-¿Cómo definiría la educación emocional para aquellos que no estén familiarizados con su trabajo?

-Es un proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. ¿Qué son las competencias emocionales? La capacidad de tomar conciencia de cómo me siento, cómo me gustaría sentir, por qué me siento así y qué puedo hacer para sentir como me gustaría sentirme.

-¿Qué le atrajo a usted de la educación emocional?

-Sucedió al tomar conciencia de que hay muchas necesidades sociales que no están lo suficientemente atendidas en las áreas académicas ordinarias. Hablamos de la existencia de la ansiedad, el estrés, la depresión, la violencia, los comportamientos de riesgo... Todo esto tiene una carga emocional muy fuerte, muy potente, que está detrás de estos comportamientos. Una educación para la vida, que no sea solo una educación académica, debe atender todos los aspectos del desarrollo integral de la persona. A lo largo del siglo XX la educación se ha centrado exclusivamente en el desarrollo cognitivo. Es decir, el de saber cosas, de transmitir conocimientos. Todo eso está bien pero, ¿para qué queremos tantos conocimientos si no los aprovechamos de cara al bienestar?

-Sabemos mucho de todo pero nada de nosotros mismos.

-Exactamente. De hecho, la educación emocional pretende acercarse al lema de Sócrates «conócete a ti mismo». En estos 2.500 años hemos avanzado en muchas líneas, sobre todo en conocimiento externo y científico, pero profundizar en nosotros mismos, es una asignatura pendiente.

-¿Por qué cree usted que no nos hemos parado más en las emociones propias?

-Las razones son múltiples y complejas. La palabra emoción es bastante reciente. Antes se usaba pasión, y las pasiones eran las causas de los grandes males. La causa de la condenación eterna. Las emociones aún tienen una connotación de algo, en cierto modo, malo, pecaminoso, como fuente de conflicto. Sin embargo, las emociones son la principal causa de bienestar.

-¿Cómo es ese bienestar?

-La mayoría de las personas desean la felicidad. ¿Qué es la felicidad si no un estado de emocional positivo, de plenitud? Las emociones han estado ignoradas por la ciencia y lo cierto es que provocan cambios en el organismo, malos y buenos.

-¿Existen realmente las emociones?

-Las emociones son una respuesta neurofisiológica del organismo. No son una entelequia inmaterial. Son una respuesta muy tangible que cambia nuestras vidas. Pensemos cuando nos ruborizamos, cuando sentimos mariposas en el estómago... Todo ello es real.