Homenaje a siete «Amigos de Pontevedra» por la Peregrina

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Luis Campos, Santiago Laya, José Luis Arellano, el Colegio de Abogados, el Bar Pitillo y los Black Stones son los premiados

28 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Campos, presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra; Santiago Laya, presidente de la Asociación de Vecinos O Castro, organizadora de la Festa do Caldo de Mourente; José Luis Arrellano Guiance, presidente del Gremio de Mareantes; el Ilustre Colegio de Abogados de Pontevedra que preside Ramón Jáudenes; la empresa de micología Hifas da Terra; la típica taberna pontevedresa Bar Pitillo, y los Black Stones, grupo precursor de la movida de los 70 que hoy está de nuevo en los escenarios. Estas son las siete personas y entidades que homenajeará este año la Asociación Amigos de Pontevedra en la víspera de la festividad de la Peregrina.

Esta tradicional xuntanza se viene celebrando desde hace cuarenta y cuatro años y en ella se premia a todos los que de una forma u otra han contribuido a enaltecer esta ciudad. Médicos, profesionales liberales, deportistas, jóvenes promesas, industriales, emigrantes retornados y personas sencillas de todos los estamentos sociales engrosan la larga lista de homenajeados desde 1972 por su cariño a Pontevedra.

La comida de entrega de distinciones tendrá lugar el próximo día 8 en el restaurante del Pazo da Cultura, que será servida como en años anteriores por Mochi, y las tarjetas para asistir hay que recogerlas antes del día 6 en los establecimientos Clarita, Center Soportales, Blanco y Negro y Hotel Comercio.

Amigos de Pontevedra es una peculiar asociación que nació del entusiasmo de un pequeño grupo de pontevedreses encabezados por Fernando Lamas Fernández, Víctor Cervera Mercadillo y Francisco Otero Lores. Según cuenta José Luis Fernández Sieira, que cada año se encarga de hacer la semblanza de los sucesivos homenajeados, «se trataba en principio de reunir en torno a una mesa a todos los pontevedreses que viven y trabajan lejos y regresan cada año en el mes de agosto para compartir con ellos unas jarras de vino y unas sardinas con cachelos».

Pero aquella primera iniciativa, celebrada en 1972 en el antiguo Gimnasio de la avenida del Uruguay, tuvo una acogida extraordinaria y desbordó con creces las previsiones de los organizadores, que fueron emplazados por los asistentes para repetir aquella jornada al año siguiente. Fue en 1973 cuando se entregaron las primeras insignias de los Amigos de Pontevedra.