La plantilla de la fábrica teme que la dirección quiera esperar a terminar el «stockage» para sentarse a negociar seriamente
25 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.«Cada uno trae lo que puede de casa: sillas, un toldo, churrasco... desde luego, afrontamos esta huelga con el ánimo alto». Los trabajadores del turno de tarde de Treves aprovechan bien la infraestructura aportada por el de la mañana. A las 6 de la madrugada de ayer se encendían las primeras brasas en un bidón que los empleados habilitaron para calentarse y, de paso, cocinar algo.
También allí estaban los miembros del comité de empresa, que horas más tarde, a las 17, volvían a enclaustrarse con los representantes de la empresa para intentar llegar a un acuerdo que ponga fin al paro total e indefinido. En esta ocasión, el encuentro se produjo en las sede de Inspección de Traballo de Vigo. Las expectativas no eran halagüeñas, y al cierre de esta edición continuaban reunidos.
Mientras, llegaba a la nave del polígono de O Campiño el relevo de la tarde: alrededor de una treintena de trabajadores vigila la fábrica durante su turno de trabajo. Hasta el momento, aseguraron, nadie intentó entrar o salir de ella.
Advierten, además, de que están preparados para pasar allí los próximos días. Afirman que por experiencias previas, que hasta que no se acabe el stockage, la dirección de la empresa no se sentará a negociar seriamente sus demandas. Admiten que así fue, al menos, en el 2010.