Salvemos A Fracha alerta de la fauna amenazada por la A-57

Pontevedra / La voz

PONTEVEDRA

GUSTAVO RIVAS

Un estudio de campo detecta varias especies «vulnerables» y otras con diversos grados de protección

01 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras presentar alegaciones al estudio de impacto ambiental del proyecto de autovía A-57 en su tramo Vilaboa-A Ermida, el colectivo vecinal Salvemos A Fracha quiso completar su estudio encargando sendos informes a naturalistas sobre la incidencia que pueda tener que la construcción de la infraestructura en la fauna y en la flora que hay en la zona.

El estudio de campo de un grupo de biólogos que colabora en el Atlas dos anfibios de Galicia detectó la presencia de varias especies calificadas como «vulnerables». Es el caso de la salamandra rabilarga, que es, aseguran, «el anfibio ibérico más amenazado», o de la rana patilarga. Este grupo analizó fuentes, manantiales y bocaminas ubicadas en el trazado previsto para la A-57, y además de las dos especies amenazadas localizó otras media docena de anfibios de gran valor natural.

Algo parecido pasa con los insecto. En este caso, Salvemos A Fracha utiliza un estudio realizado tras la oleada de incendios del 2006 en un bosque de carballos del monte pontevedrés. Entonces se localizaron varias especies sensibles: el ciervo volador (vacaloura), el gran capricornio, el escarabajo rinoceronte europeo y el escarabajo gallego.

Por último, se ha catalogado también la presencia de una veintena de mamíferos en los parajes naturales afectados por el proyecto de autovía. Desde zorros hasta corzos, armiños, comadrejas, erizos, ardillas o conejos y ratones de campo, entre otras.

En lo que se refiere a la flora, hay dos especies especialmente amenazadas. Se trata de la Succisa pinnafitida, una de las plantas en peligro de extinción de la Península Ibérica; y de la Chioglossa lusitanica, una especie protegida por el Convenio de Berna y que figura entre las especies amenazadas de España.

Desde la plataforma se denuncia que hay «motivos máis que suficiente para buscar outras posibles alternativas, como se fixo noutras ocasións, a un proxecto que tanto dano pode causar ao monte pontevedrés».